Las adicciones de Omar Cervantes

Por Gerson Gómez Salas

Omar Cervantes Rodríguez debe conocer bien las frases de no mentir, no robar y no traicionar. Son tres ejes en la filosofía de la 4T del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Egresado de la función pública con honores de servilismo, Omar prestó sus servicios como director de Comunicación en el sexenio del priista Natividad González Parás en Nuevo León (2003-2009).  Lo hizo convencido de las bondades del FORUM de las Culturas. Denostó a los detractores de quienes vieron el acto cultural como una forma de dispendio. Del inimaginable derroche de recursos.

Incluso, se atrevió a llamar mentirosos a todos aquellos diputados locales, periodistas y organizaciones no gubernamentales, contrarios a sus ideales del gobernador González Parás, su jefe.

Se le demostró con evidencia física de la inconformidad en la anterior sede, Barcelona, donde los catalanes le exigían al entonces jefe de la comunidad autónoma, el sr. Clos, a reintegrar los recursos de la fallida organización del Fórum de las Culturas en Barcelona.

Omar Cervantes Rodríguez es todo un gran estuche de virtudes. Periodista, sin conocer más allá de haber cursado la licenciatura, orador, escritor y motivador para combatir las adicciones en la juventud. Este mismo Omar Cervantes es señalado como el autor intelectual del BOA. Un supuesto plan de sabotear el gobierno presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Omar usa el mismo modus operandi aprendido en su trabajo.

En el laboratorio de Nuevo León con su mentor González Parás. Miente, roba y traiciona. Lo hace en donde debería existir mesura, la Secretaría de Gobernación. Ahí substrae la paz social de los mexicanos y traiciona, por supuesto, a AMLO. Sobre todo, en su conversión a la izquierda. Entre los muchos oportunistas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) disfrazados de conjuradores.

El Bloque Opositor Amplio (BOA) es la adicción de Omar Cervantes por el protagonismo. Y se espera también su caída en desgracia.

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