Lolita De Sola contra el machismo tóxico

Por Carlos Meraz

No tiene 12 años ni ha  sufrido ninguna relación pedófila, como la Lolita  de la novela homónima del escritor ruso Vladimir Nabokov y, sin embargo, al menos artísticamente renunció a su nombre real (Luisa Torrealba) para hacerse llamar Lolita De Sola, en alusión al personaje literario que, en su caso, nada tiene que ver con la perversión psicológica, sino con encarnar esa mezcla de inocencia tardía con la seducción de una chica intelectual “de entre 20 y 30 años”.

La cantautora originaria de Caracas, Venezuela, estrenó el  primer sencillo Balas Perdidas, del que será su segundo álbum con temas de su autoría y que, por primera vez, ella misma producirá.

“El origen de por qué soy  Lolita se remonta a muchos años  atrás, cuando tenía un novio que estudiaba letras, era muy intelectual y él me decía Lolita, porque me veía como inocente  pero con esa parte pícara. 

“El De Sola se lo agregué porque es el segundo apellido de mi madre”, explicó la artista que el 16 de febrero actuará en la CDMX, con su compatriota Gamboa como telonero, en el Foro del Tejedor, ubicado en Av. Álvaro Obregón 86, en la Roma Norte, de la alcaldía Cuauhtémoc.

EXPONENTE DEL POP “ALTERLATINO”
En su estilo musical, Lolita De Sola fusiona jazz, hip-hop, canción de autor y música electrónica, en una propuesta sonora que ella denomina pop “alterlatino”, patente en su álbum debut Cattleya,  titulado así en honor a la flor nacional de su país, una orquidea salvaje.

”Mi segundo disco saldrá en 2021 y este año sacaré cuatro sencillos de avanzada. En él voy a experimentar más, quiero tocar neosoul, rapear un poco, divertirme sin límites musicales.

“En lo referente a las letras, soy piscóloga e idealista y por ende me gusta que sean catárticas e introspectivas. No quiero sonar insoportable, pero ahora las composiciones son sobre el machismo tóxico. Nosotras somos el síntoma, pero la causa viene de ellos. Es un mal que también le hace mucho daño al hombre inseguro, que ve a las mujeres como objeto, algo de su propiedad y, lamentablemente, como pedazos de carne”, concluyó.