López Obrador dialoga con director Coca-Cola en plena crisis sobre refrescos

EFE

Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador, se reunió este lunes con el director ejecutivo a nivel mundial de la empresa Coca-Cola, James Quincey, con el que sostuvo "un diálogo respetuoso, constructivo y franco" en plena crisis en el país sobre los efectos en la salud de la comida chatarra y las bebidas refrescantes.

La reunión entre el mandatario y el director de la multinacional, a la que también asistieron otros ejecutivos de la compañía, ocurrió en el Palacio Nacional, según un mensaje y una fotografía que López Obrador publicó en redes sociales.

"Me visitó el director ejecutivo a nivel mundial de Coca-Cola, James Quincey. Hablamos de varios temas: apoyo a pequeños comerciantes, impuestos, la campaña de orientación nutricional, etiquetado e inversiones", indicó López Obrador en un mensaje vía Twitter.

"Fue un diálogo respetuoso, constructivo y franco", agregó el presidente mexicano.

Como parte de las bebidas azucaradas y de los refrescos, la popular bebida mundial fue integrada en el nuevo etiquetado frontal de alimentos recientemente aprobado por el gobierno.

El nuevo etiquetado frontal obliga a que prácticamente todo el portafolio de productos Coca-Cola muestre leyendas como "Contiene edulcorantes", "No recomendable para niños", "Exceso de Azúcares" y "Exceso de Calorías", entre otros.

Ante tal escenario, a finales de agosto, Coca-Cola Femsa comenzó un proceso para ampararse contra la reforma a la Norma Oficial Mexicana (NOM-051) que introduce un nuevo sistema de etiquetado para bebidas no-alcohólicas y alimentos preenvasados.

En tanto, las autoridades sanitarias de México calificaron a los refrescos como "veneno embotellado" y los señalaron, junto con los alimentos ultraprocesados, como los responsables de la crisis sanitaria por coronavirus que se vive en el país.

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Las empresas del sector y organizaciones empresariales han criticado el posicionamiento al respecto del Gobierno mexicano al estimar que el impacto en los productores de caña de azúcar, cacao y pequeños comerciantes puede ser devastador económicamente.

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