Marcos Velázquez, el hombre que mira con el alma y corre con el corazón

A los 14 años, un golpe le provocó desprendimiento de retina a Marcos Velázquez y perdió la vista. Comparte que fue una etapa complicada en su vida, pues pasaba por la adolescencia, pensaba que algún día recuperaría la visión y después de 10 años aceptó su condición.

Han pasado casi 30 años desde aquel accidente y Marcos vive de una forma ejemplar y exitosa, pues tiene una carrera como rehabilitador, ofrece conferencias de superación tanto en escuelas como en empresas y desde hace cinco es un atleta. Ha hecho triatlón, ironman y correrá por tercera ocasión el Maratón Internacional de la Ciudad de México.

Fue en Ciudad del Carmen donde comenzó su relación con el deporte gracias a un grupo de corredores, quienes lo invitaron a competir, “ahí se despertó la bestia que había en mí”. Su primera prueba fue una carrera de 10 kilómetros, la cual le dejó un mal sabor de boca. “Hice una hora y 11 minutos, terminé muy mal, muy cansado. Creí que eso no era para mí, pero después en otra carrera, al mes, después de vivir 15 años con mi esposa, con quien entonces no me había casado, le pedí matrimonio y fue tan emotivo que en lugar de cansarme me dio más ánimo”, compartió.

En abril viajó a Texas, Estados Unidos, para participar en el ironman de esa ciudad y la  competencia lo marcó: “Me rebasó un señor de 80 años y él quedó en primer lugar de su categoría, yo hice 14 horas y él 12. Cuando le estaban dando su premio pensé que a mí me quedaban más de 35 años de carrera deportiva”, declaró en entrevista telefónica.

Ahora quiere completar su tercer maratón capitalino, para el cual acepta que no llega en su mejor momento, ya que se resintió de una lesión conocida como Síndrome del músculo Pirimidal. “Tuve una lesión en octubre del año pasado que me dejó en silla de ruedas, me recuperé e hice el ironman, y este año me regresó la lesión, estoy en recuperación y entrené hasta 30 kilómetros nada más”, explicó.

En su primera experiencia en el maratón de la Ciudad de México realizó cinco horas y en el segundo cinco horas y media. “El año pasado lo corrí con una chava que se llama Vanesa (su guía) y la verdad es que corría tan rápido que me cansó un poquito, pero lo terminé bien y con ganas de seguir haciéndolo.

“Este año quiero hacer las mismas cinco horas, pero terminarlo feliz y seguir motivando a la gente para que cruce sus propias metas, no sólo las deportivas, sino las de su vida diaria. Mi meta principal, por ejemplo, es ser un mejor papá, un mejor marido y es mi meta de todos los días”, declaró Marcos.

¿Y cuál es la clave de su éxito? Marcos considera que el cambio de mentalidad. “Yo ya no intento nada, logro todo, lo hago y lo logro. Escucho a mucha gente que dice que para lograrlo hay que intentarlo; yo ya no hago eso, para lograrlo lo hago y me vuelvo experto en todo lo que hago. Yo no creo en los granitos de arena, creo en las montañas de arena”.