Mario Lafontaine: Nuestro Warhol, nuestro Elton

El guitarrista mexicano más famoso sobre la faz de la Tierra, Carlos Santana, sentenció: “Pienso en la música como en un menú; no puedes comer lo mismo todos los días”. Y es que el eclecticismo musical es el mejor platillo y la mejor dieta para un comensal auditivo de exigente oído que disfruta de las bondades del alimento para el espíritu. Un sibarita sonoro y todo un personaje conocido en la escena bajo el nombre de Mario Lafontaine.

Este hedonista auditivo que igual desayuna pop, come rock y merienda música disco para mantenerse en forma a sus 60 años, es una suerte de glamoroso experto y coleccionista musical, una enciclopedia viviente ilustrada del mundo sonoro, una autoridad en la materia de excéntrico aspecto, con gafas, pelucas y sombreros que parecen extraídos del armario de sus admirados Elton John y Andy Warhol.

Como calificado gourmet sónico de insaciable apetito musical, el también músico poblano ha saboreado el recetario global contemporáneo, de la A la Z, o mejor dicho desde ABBA hasta ZZ Top, pero también ha sabido preparar fast food con productos procesados para las masas, cocinados para una infinidad de artistas plásticos. ¡Bon appétit!

“Mi hermano Mateo Lafontaine y yo éramos fanáticos del grupo Size, de Walter Schmidt, e íbamos a verlos en tocadas y ahí nos conectamos con todo el rock del sur de la ciudad. Estoy hablando de 1982 y duró hasta cerca de 1988, y en todo ese tiempo había bandas que eran la vanguardia absoluta, que después iban a detonar en Rock en tu Idioma, y no me refiero a Caifanes sino grupos que realmente eran underground. De ahí, animados por los de Size, hicimos el dueto de culto María Bonita, con mi hermano en los sintetizadores haciendo la música y yo a cargo de las letras y la voz. Era absolutamente casero pero con un toque de avant-garde, ya que estábamos muy metidos en el naciente techno-pop; nos tocó el nacimiento de los new romantics y la explosión de Ultravox, Japan y Joy Division, pero nuestros verdaderos ídolos eran Soft Cell y Psychic TV.

“Yo siempre he sido abiertamente gay en un mundo heterosexual y en 1984 con María Bonita nos dedicábamos al rock underground, con un toque de cabaret dark glam show. Nos presentamos en El Ágora, Rockotitlán y El 9, de Henri Donnadieu, éste último el lugar de nuestros grandes éxitos. Una vez en un concierto en Gandhi, una de las invitadas, mi amiga la modelo y actriz Claudia Ramírez, llegó con un amigo, que era Luis de Llano. Al final pasó al camerino, me dio su tarjeta y me dijo: ‘Llámame, yo puedo cambiar tu vida’. En ese entonces yo ganaba muy bien como creativo en agencias de publicidad y no quería saber nada de Televisa; sin embargo, al año siguiente por la curiosidad y el glamour decidí ir a verlo, y entré a trabajar en 1986 con él a Televisa, donde estuve hasta 2013”, recordó.

Como director de arte y productor creativo en Televisa, por las mañanas trabajó como el artífice de la estética visual de los grupos pop más exitosos de finales de los ochenta y noventa, como Timbiriche, Garibaldi, Kabah y Microchips; pero, por las noches de freelance, diseñó las portadas de influyentes bandas del rock mexicano, como Caifanes para su álbum homónimo de 1988; de Fobia para su tercer disco Mundo Feliz de 1991 y de Azul Violeta para Globoscopio de 1996, entre otros.

“Uno era un trabajo alimenticio y el otro del alma, pero en ambos le echaba las mismas ganas. Siempre digo: ‘Soy el lado grueso del fresa y el fresa de lo grueso’. Diseñé el arte de más de setenta discos, que van desde Caifanes hasta Arjona, pasando por Pandora, Yuri y Timbiriche”, advirtió Lafontaine, quien participa en la emisión de radio Old’s Kool en 106.5 Mix y en el programa semanal XploraMúsica TV, así como en Farándula 40, que culmina su etapa el próximo 19 de diciembre.

DEL PINK AL PUNK

En un ejercicio de ping pong periodístico, Mario Lafontaine participa en un retrato hablado donde cada respuesta describe al ser humano detrás del personaje, en una suerte de charla de diván, a través del cuestionario de Proust, en una conversación diferente con un creativo y melómano ídem.

— ¿Con qué personaje de la historia te identificas?

— Sin duda con Andy Warhol, aunque Elton John fue mi Dios por muchos años.

— ¿A quién te hubiera gustado conocer?

— A Prince.

— ¿Qué maestro te hubiera gustado que te diera clases?

— David Bowie.

— Si no hubieras sido hombre, ¿qué mujer te hubiera gustado ser?

— Bette Midler.

— Si pudieras elegir en quién reencarnar, ¿a quién escogerías?

— En Lou Reed.

— ¿A quién le pedirías un autógrafo?

— A Beck.

— ¿Qué personaje del Mago de Oz serías?

— El espantapájaros.

— ¿Qué superpoder te encantaría tener?

— Leer la mente.

— ¿Quiénes son tus héroes en la vida real?

— David Bowie.

— ¿Qué fotografía o imagen nunca colgarías en tu sala?

— De algún partido político, de un equipo de futbol soccer o de deportes.

— ¿Con quién nunca trabajarías ni aunque te pagaran triple?

— Con Luis Miguel y tampoco con Alejandro y Vicente Fernández.

— ¿Qué canción crees que al escucharla varias veces puede ser equivalente a una tortura?

Despacito, de Luis Fonsi.

— ¿Qué canción te genera inevitablemente el deseo de bailar?

Atomic, de Blondie.

— Si tuvieses libre albedrío y presupuesto ilimitado para armar tu dream team band, ¿a quién reclutarías?

— Alfonso André, en la batería; Paco Huidrobo, en la guitarra y composición; José Manuel Aguilera, en la guitarra; mi hermano Mateo, en los teclados y yo, obviamente, como vocalista.

— Si tuvieras el DeLorean de Volver al Futuro, ¿irías al pasado o al futuro?

— Me gustaría ir al pasado y vivir el rollo de los beatniks y la contracultura de la década de los cincuenta.

— ¿Ante qué personaje que coincidieras en la calle optarías por cambiar de acera?

— Ante Gloria Trevi.

— ¿Cuál es tu más grande tesoro?

— La fonoteca que tenemos entre mi hermano y yo, que ocupa dos pisos y que cuando los dos ya no estemos vivos se hará una fonoteca pública con nuestro nombre; además de música tendrá nuestro acervo de libros y juguetes. Será nuestro Estanquillo.

— ¿Cuál es tu mayor extravagancia?

— Usar pelucas.

— ¿Cuál es tu pasatiempo?

— Dibujar y todo lo escribo en pequeños diarios o libretas.

— ¿Qué es lo que menos te gusta de tu aspecto físico?

— Me hubiera gustado no tener sobrepeso, pero ya con el paso del tiempo lo trato de hacer lucir como parte de mi look; pues no me veo sin él, siento que ya no sería yo.

— ¿Qué hábito ajeno no soportas?

— La gente que escupe y más hoy en día.

— ¿De qué palabra abusas?

— De horrenda u horrendo.

— ¿Qué platillo comerías antes de ser fusilado?

— Sushi, con un tazón shiraishi.

— ¿Cuál ha sido tu concierto favorito?

— Pink Floyd, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en abril de 1994 y Depeche Mode, con su álbum Songs Of Faith And Devotion, la primera vez que vino a México, al Palacio de los Deportes, en diciembre de 1993 con el Devotional Tour.

— ¿Cuál es tu placer culpable en la música?

— Dámaso Pérez Prado.

— ¿Qué canciones describen tu personalidad?

Someone Saved My Life Tonight, de Elton John; el álbum The Painter, de Paul Anka; Waiting For The Man, de The Velvet Underground y I Feel Love, de Donna Summer.

— ¿Quién es el mejor actor del mundo?

— Ahora, Joaquin Phoenix; en el pasado, Jack Nicholson. 

— ¿Qué película marcó tu vida?

Tommy, de 1975.

— ¿Cuál fue el último libro que leíste?

Playlistmanía, de Benjamín Salcedo, y una biografía de Elvis Costello. Mi favorito es La Conjura de los Necios, de John Kennedy Toole.

— ¿A qué político le darías un pastelazo?

— A todos... Por eso me mantengo lejos de la política, además de que estamos en el momento más caótico.

— Si fueras presidente de México, ¿cuál sería tu gabinete ideal?

— Pondría a Horacio Villalobos, Arturo López Gavito y Mónica Garza.

— ¿Cuál es tu máxima favorita?

— El buen melómano es aquel que conoce y reconoce lo mejor de cada género.

— ¿Qué estarías haciendo si el dinero no importara?

— Tendría una editora de discos en vinilo y estaría firmando bandas nuevas.

— ¿De qué te arrepientes?

— De mis declaraciones desafortunadas sobre la señora (Angélica) Rivera.

— ¿Cómo se titularía la película de tu vida?

— Del pink al punk.

— En la última cena de tu vida, ¿quiénes serían tus 12 hipotéticos invitados?

— Horacio Villalobos, Arturo López Gavito, Benjamín Salcedo, Pepe Campa, Fernando Aceves, Carlos Somonte, Enrique Samartin, el amor de mi vida Carlos Fradera y mi hermano Mateo Lafontaine.

— Y como tú Judas, ¿quién sería el invitado?

— Tendría que invitar a Carmen Salinas.

— ¿Cómo te gustaría morir?

— De muerte de rey... En mi cama y dormido, pero no en un hospital.

— ¿Qué diría tu epitafio?

I’m Not Like Everybody Else (Yo no soy como los demás), la canción de The Kinks.

— ¿Qué opinas de un periodista?

— Detesto la prensa de espectáculos dedicada a los escándalos y la nota rosa, pues están sólo de cacería como tipo TV Notas y TVyNovelas; pero a los periodistas los respeto mucho, porque mi trabajo también es muy cercano, lo hago de manera editorial en televisión y radio.

Por Carlos Meraz