Movimiento Ciudadano

Por Gerson Gómez Salas

Sus bases políticas son los jóvenes dinosaurios. Inexpertos en todas las áreas. Amparados en apellidos rancios. Desconocen la palabra necesidad.

Educados en escuelas privadas y de alto nivel empresarial. Manejan los recursos financieros, los apoyos, como una estructura gerencial.

Deslumbran con la ingravidez de su lozanía. En las boletas electorales han confundido a los sufragantes. Estos gallardos representantes son groseros. Incultos y sin sensibilidad cultural alguna.

Los mueve la sed de protagonismo. Resulta majadero su trato con los subordinados y hasta en sus redes sociales.

Perciben a la sociedad como una enfermedad incapaz de solución. Sacan ventaja para sus propias haciendas. Saborean el amargo trasfondo del poder.

Desde los senadores Samuel García, Indira Kempis, y los diputados locales Luis Donaldo Colosio Murrieta y Agustín Basave Alanís, la avalancha de los pequeños bebes dinosaurios, se imaginan en el trono del Nuevo León.

Despachando en las oficinas de cantera del gobierno estatal. En el reparto de puestos de sus incondicionales y zalameros.

Olvidan lo más importante en el universo. En la vida pública lo privado es público.

Sus adversarios, con más oficio y mañas, los están esperando en la arena.

Les tienen en consigna con hermosos expedientes filtrados por fuego amigo. Solo hace falta la paciencia. Y saber leer el tiempo.

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