Sin importar que nadie lo crea, sin tomar en cuenta lo que expertos forenses de otros países como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes han dicho y comprobado: los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa no pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula, el Estado mexicano sigue defendiendo una versión de los hechos, a todas luces, falsa.
Pero el cinismo de las autoridades mexicanas, responsables de velar por el bienestar de los ciudadanos, parece no tener límites, pues ahora, el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Roberto Campa, no sólo ha defendido la "Verdad Histórica" a capa y espada, sino que pide a los padres de los jóvenes desaparecidos que la crean y la acepten.
"Hoy podemos decir que no se ha consolidado otra hipótesis, que no hay consolidada otra línea de investigación y que no se ha encontrado a ninguno de los estudiantes vivo o muerto", dijo Campa, el encargado de garantizar el respeto y protección de los derechos humanos y de reducir la discriminación y la violencia de género durante el 161 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tuvo lugar en Washington.
