"El problema de las desapariciones desafía las capacidades y recursos del Estado mexicano", fueran las palabras que pronunció Ismael Eslava, el Primer Visitador de la CNDH durante su "Informe Especial sobre desaparición forzada y fosas clandestinas en México 2016-2017".
Con esa frase se resumió un problema que ha consumido a miles de familias y dejó en claro una cosa: México está hinundado de fosas y cadáveres y el problema no se resolverá pronto.
El informe también reveló que los datos recopilados por las instituciones del gobierno son inexactos y muchas veces se encuentran incomplentos, por ejemplo:
Seis de las 32 entidades del País no respondieron el requerimiento de información con la que se realizó el "Informe Especial sobre desaparición forzada y fosas clandestinas en México", por lo que en el reporte que se creo usando los datos recopilados por los distintos estados la CNDH dijo que se contabilizó un total de al menos 855 fosas clandestinas, con mil 548 cuerpos en los últimos 10 años.
De los que contestaron, los que reportaron más fosas clandestinas fueron Guerrero, con 195; Nuevo León y Veracruz, con 191 cada uno, y Zacatecas, con 83.
En contraste con esa información oficial, la CNDH realizó un muestreo de lo publicado en medios de comunicación en el mismo periodo, del primero de enero 2007 a septiembre de 2016.
Dicho ejercicio arrojó un total de mil 143 fosas clandestinas, en 30 estados, con un total de 3 mil 230 cuerpos exhumados. En cuanto a personas desaparecidas, el organismo obtuvo un registro de 57 mil 861 casos en 20 años. De ellos, la Comisión cotejó que hasta diciembre pasado permanecían como desaparecidas 32 mil 236.
