Por Dulce Valenzuela
Ciudad de México.- Ante la problemática que enfrenta el país en materia de seguridad y debilidad del estado de derecho, los planteles educativos no han sido ajenos a esta espiral de violencia, donde ya se han suscitado algunos casos en que los estudiantes asesinaron a sus compañeros.
De acuerdo con expertos, este escenario deja al descubierto que las acciones para combatir la criminalidad no son las correctas, toda vez que existen vacíos institucionales para identificar alertas sobre posibles riesgos para los niños y jóvenes.
Las balaceras escolares en México parecían anteriormente un problema ajeno, las cuales se asociaban sólo a los colegios de Estados Unidos, sin embargo, cada día se están volviendo una realidad en nuestro país.
Enero de 2020
Un niño de 11 años ingresó con dos armas de fuego a una escuela privada de Torreón, Coahuila y disparó contra sus compañeros y profesores, para después suicidarse.
El tiroteo dejó un saldo de una profesora muerta, así como cinco estudiantes y un docente, heridos.
Abril de 2019
Dentro de un plantel de la UNAM, una estudiante de 18 años, identificada como Aideé Mendoza Jerónimo, recibió un balazo que acabó con su vida mientras se encontraba en el aula de clases de matemáticas en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente.
Se supo que el arma detonada fue robada a un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), hecho por el cual un joven fue detenido; sin embargo, esta persona no ha podido ser vinculada a la muerte de Aideé. Por lo que el caso sigue sin esclarecerse.
Marzo de 2017
Con una pistola pluma, un adolescente le disparó a un compañero en el Conalep 106, localizado en Azcapotzalco, Ciudad de México. Tras el incidente, el responsable tiró el arma a un bote de basura, más tarde fue encontrada. La víctima y el agresor aceptaron que se trató de un accidente.
Enero de 2017
En un caso similar, un estudiante de 16 años disparó contra su maestra y sus compañeros mientras se encontraban en un salón de clases dentro del Colegio Americano del Noreste, ubicado al sur de Monterrey, Nuevo León.
En aquella ocasión, tal y como ocurrió en Torreón, una docente y el alumno agresor perdieron la vida.
Enero de 2015
Este hecho fue perpetrado por un joven identificado como Rodolfo, quien arribó a la cafetería del plantel CETIS 68 en los Mochis, Sinaloa, y disparó a quemarropa contra su compañero Joel Medina, de 17 años, quien murió en el lugar. Tiempo después de estar escondido Rodolfo se entregó a las autoridades.
Mayo de 2014
En Atizapán, Estado de México, un alumno de 15 años disparó y mató a uno de sus compañeros, con quien mantenía una disputa dentro de la Escuela Secundaria 574, Gustavo Baz Prada.
El agresor logró burlar a las autoridades educativas escondiendo el arma en la manga del suéter.
ALERTAN RIEGOS POR ÍNDICES DE CRIMINALIDAD
Según expertos en seguridad señalan que todos los casos mencionados son consecuencia de la inseguridad y de la ola de asesinatos que vivimos desde hace años en México, la cual está dejando secuelas, una de ellas, la normalización de la violencia en el país.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) señala que en el país mueren al día 3.6 niños y adolescentes por causas vinculadas a la violencia.
En su informe 2019, “Infancia y adolescencia en México, entre la invisibilidad y violencia”, la Red indicó que desde 2000 hasta 2019, este sector se sitúa en 21 mil niños y jóvenes víctimas de homicidio doloso y más de 7 mil casos de menores desaparecidos.
