Rubén Blades: De salsa y revoluciones

El salsero panameño Rubén Blades se encuentra en México de nueva cuenta (después del penoso episodio de robo que sufrió en Veracruz durante su última visita) para hacer temblar al Coloso de Reforma mañana por la noche en compañía de Roberto Delgado Big Band y el cuarteto de Missouri, Making Movies.

 

Resulta arriesgado intentar plasmar en palabras a un personaje como Roberto Blades, pero, si hay una palabra que se acerque a lo que el panameño significa es “trascendental”. De esta forma las generaciones, los ritmos y las divisiones políticas han dejado de ser fronteras para convertirse en lienzos, en los que pocos artistas, como el ya mencionado, han podido pintar.

 

TIERRA JOVEN

Como era de esperarse, las preguntas referentes a la actual situación política en América Latina fueron un tema recurrente. Ante los cuestionamientos se refirió a este lado del planeta como un territorio joven, heredero de todas las malas costumbres del viejo mundo, que se reflejan en sus movilizaciones políticas, y que, si bien transcurren en medio de un trayecto sinuoso, no por eso es un camino equivocado.

 “Parte del problema que tenemos, ya no son ni siquiera las ideologías, sino que estamos trabajando con modelos obsoletos de administración pública, que el tiempo se ha encargado de demostrar que son no funcionan”.

 “Estamos en medio de ese proceso de transformación, va a durar, pero yo siento que estamos en la dirección correcta, me parece que el hecho de que cada vez más gente acuda a votar, esté más consiente de participar de forma cívica, que no solamente es ir a votar cada cuatro años, sino revisar que cumplan y no volverlos a poner en sus cargos si no lo hacen”, declaró. 

Respecto a la pregunta de si desearía ir por la presidencia de su país durante los próximos comicios, Blades respondió:

Esa es la pregunta que todo el mundo me hace, (…)  yo nunca digo no, pero yo ya tengo 71 años, en cinco años más, Dios mediante, tendré 76, habrá que ver; pero lo que deseo decir es que se puede servir al país, no necesariamente por medio del cargo de presidente, sino desde el puesto en que seas más útil”.  

 

MÚSICA ABIERTA

Entre otras cosas, mencionó su entusiasmo respecto a las nuevas maneras de hacer y consumir música, ya que para él ha significado la posibilidad de continuar con su carrera de manera independiente, sin necesidad de sufrir las arbitrariedades que solían prodigar las disqueras, además de la posibilidad que tiene los nuevos creadores de hacer llegar su contenido a todo tipo de públicos a través de las plataformas, lo cuál les permite ser dueños de su trabajo.

Otra de las cosas que compartió fue la forma en que llegó a los Estados Unidos como inmigrante, misma que piensa plasmar en un libro.

Yo vine a los Estados Unidos, porque mis padres se vinieron para acá, yo estaba estudiando derecho, estaba trabajando con presos, hice mi tesis con presos, la expuse oralmente y canjeé mi calificación y obtuve mi título. Cuando vine a los Estados Unidos mi título no me sirvió ni para envolver pescados, por eso llamé a Fania y les mandé un demo que había grabado, pero me dijeron que ya tenían músicos y compositores. Insistí y me dijeron que tenían trabajo en el correo; así llegué ahí”, compartió.

Al preguntársele sobre su opinión respecto al reguetón y la música urbana, mencionó que hay espacio para todos, además de puntualizar que participó en un sencillo próximo a estrenarse, donde también colaboró Bad Bunny, y en cuyo videoclip podría hacer una aparición.

 

SONIDOS ETERNOS

Cuarenta y un años después de la publicación del mítico álbum “Siembra”, relató el rechazo que sufrió el proyecto por parte de tres grandes DJ´s de la gran manzana, quienes sugirieron que no viera la luz. Debido a que se trataba de un trabajo conjunto con el también salsero Willie Colón, la presencia de este en el proyecto y su relación con Jerry Masucci, resultaron imprescindibles para que el disco viera la luz.

Mencionó que a diferencia de sus contemporáneos que tenían como mercado meta la ciudad de Nueva York y Puerto Rico, pensó en llevar su música al resto de Latinoamérica, lo cual llevó a este mítico material al olimpo de la salsa, llegando a vender cuatrocientas mil copias sólo en Venezuela.

Le dijeron a Masucci que era un disco pésimo, con canciones muy largas y temática era muy obscura, que incluso podría comprometer la reputación de Willie. Veinte años más tarde, iba yo cruzando la calle, y me encontré a uno de estos DJ´s, yo tenía tiempo de no verlo. Me dijo: ´ ¿Recuerdas cuando pusimos Siembra en la oficina aquella vez?... ¿Recuerdas lo que dije?, que sería el disco más grande de la salsa´. Lo único que puedo decir ahora es que cuando canto Pedro Navajas y termino con el coro, ´La vida te da sorpresas…´ siempre me contestan, y muchos de los que me escuchan son más jóvenes que varios pares de zapatos que tengo”, concluyó.