Sistemas de gas, la solución para automovilistas de la CDMX

POR NADIA VENEGAS

Ante incrementos en los precios de la gasolina en México y previsiones de problemas en las concentraciones de contaminantes, el Gas natural podría ser una opción para hacer frente a estos problemas.

Son ahorros dede un 40 a 50% los que podrían generar los usuarios que decidan hacerle adaptaciones a sus vehículos para que también puedan funcionar con este combustible.

Esto además de que se asegura, se reduce en un 30% la contaminación por dióxido de carbono y desaparece las moléculas suspendidas en el medio ambiente.

Ángel Larraga Palacios, presidente de Gas Natural Fenosa México explicó en una entrevista que el utilizar este tipo de combustibles podría representar ahorros representativos para vehículos particulares, ya que hasta el momento, el gobierno de la ciudad ya plantea la opción de adaptarlo a transporte público y a transporte de carga.

“Estamos hablando de ahorros entre el 40 y el 50%, respecto a los precios actuales en automoción”, comentó al hacer una comparativa a los precios actuales de la gasolina, los cuales se incrementaron para la capital hasta en 20%  a partir del 1 de enero y que subirán más a principios de febrero.

“El gas natural siempre ha sido competitivo frente a la gasolina y en el uso de vehiculos, ahora todavía va a ser mayor; entonces la utilización de gas natural en el vehículo o en la automoción, en el transporte publico o en el privado tiene una competitividad mayor a la que se tenía el año pasado”.

“Gas natural se mantiene, tiene normalmente una fluctuaciones de invierno-verano pero no va subiendo, entonces en ese sentido si podría aplicarse gas natural para el transporte y para los vehículos, por ejemplo si el taxista que decida cambiar su vehículo a gas natural, podría recuperar la conversión en unos 10 meses”.

Sin embargo, la opción de cambiarlo podría no ser tan fácil de usar, ya que hasta el momento, la Ciudad de México tiene sólo tres estaciones de gas natural para vehículos y una más en el Estado de México.

A nivel nacional se tienen otras 11 estaciones de carga

El problema, se explicó está en la normatividad para conseguir los permisos para tener una estación, lo cual ha provocado las pocas estaciones.

“El reto es montar los puntos de recarga para que los vehículos que decidan transformarse a gas natural puedan recargarse de forma cómoda”, dijo.

“El Gobierno de la ciudad está interesado también en buscar emplazamientos o en los privados que tengan puntos de recarga y nosotros si estamos de mano del gobierno para buscar todas la opciones y nosotros somos capaces de suministrar gas natural en todas las delegaciones”.

Con este numero, no podrían darse abasto para representarían opción para los automovilistas capitalinos.

Tania Müller, secretaria del Medio Ambiente en la Ciudad de México, explicó en una entrevista que "se está considerando impulsar la combustión con este tipo de gas, sobretodo en temas de transporte público y de carga".

La adaptación de un vehículo de gasolina a gas natural tiene un costo que varía según su modelo, pero en promedio se tendría un costo de entre los 4 mil a los 8 mil pesos, coincidieron mecánicos consultados.

“Aquí lo que se tendría que ver es el tema de seguridad, porque en caso de un accidente el gas se empieza a perder y aunque es igual de peligroso de la gasolina, sí puede haber otros casos de intoxicación por una fuga que no se atienda rápido”, comentó Diego Ramírez.

“También lo que se tienen que verificar es que muchos de los tanques de los autos nuevos son de plástico y ver si se puede hacer la adaptación, sin dañar la seguridad del auto, porque es viajar todo el tiempo con un tanque de gas en la cajuela”, agregó, “no está comprobado, pero históricamente se tienen muchos casos de explosiones de carros y camionetas que usan gas natural”.

El rendimiento, se explicó, es similar a la gasolina, es decir que si se tuviera un tanque de 36 litros de combustible, en gas natural costaría cerca de 270 pesos, mientras que de magna, el precio rondaría los 600 pesos.

De acuerdo con los la versión de los mecánicos, la adaptación tarda cerca de 12 horas, ya que se coloca el tanque en la cajuela y se le hacen modificaciones en inyectores, computadoras, entre otros.

Una vez realizada la modificación, los automóviles pueden usar tanto gasolina como gas.

Sin realizar grandes modificaciones, los coches de gasolina pueden ser adaptados para usar gas licuado del petróleo (GLP) o gas natural comprimido (GNC).

La adaptación se puede realizar en casi todos los coches de gasolina, pero no en modelos diésel. Para la transformación se requiere un kit, cuya instalación no supone más modificaciones en el motor que un pequeño taladro en el colector de admisión, se  aprovecha el hueco de la rueda de repuesto y se sustituye a su vez el neumático de recambio por un kit reparapinchazos.

Como en los mecheros de gas, éste se almacena en estado líquido en el depósito del coche. En los sistemas más utilizados (de inyección indirecta secuencial en fase gaseosa), una tubería lleva el combustible líquido desde la parte trasera hasta al motor y allí se pasa a estado gaseoso en un  reductor o vaporizador, inyectándose en el colector de admisión, desde donde entra en la cámara de combustión (cilindros). Sea gasolina o gas lo que se quema, el motor funciona igual.