Un muy complicado panorama para las finanzas de América Latina

Por Moris Beracha

El pasado mes de abril, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe publicó su informe acerca del comportamiento de la economía latinoamericana previsto para 2020, cifras que encendieron las alarmas de los gobiernos regionales, que ya mostraban una significativa caída del Producto Interno Bruto.

Pero la historia no quedó allí. Las nuevas proyecciones, que salieron a la luz pública en el informe especial de la CEPAL, titulado “Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones”, presagian un muy complicado panorama para las finanzas de la zona.

Entre los números más alarmantes destaca una contracción económica de -9,1%, con lo cual seguirá profundizándose la recesión en el continente. El único responsable: la COVID-19, la cual ha venido a continuar incrementando el histórico déficit financiero que arrastran la mayoría de las naciones de América Latina.

El PIB total de América del Sur se contraerá -9,4%. América Central y México registrarán una caída de -8,4%. El indicador se colocará en -7,9% en el Caribe, excluyendo Guyana, que ha mostrado un crecimiento inusitado, con lo cual el subtotal regional se ubica en -5,4%.

El descenso es tan abrupto, que el documento plantea que, como resultado, la región retrocederá unos 10 años, ya que el PIB per cápita de América Latina y el Caribe registra números de hace una década en los niveles de ingreso por habitante.

Otra de las consecuencias nefastas se verá reflejada en el desempleo, el cual se incrementará 13,5%, con lo cual el número de personas desocupadas llegaría a 44,1 millones, lo que elevaría los índices de pobreza y desigualdad en la región.

Como es sabido, el incremento en la tasa de desocupación causa un fuerte impacto en los hogares, al no contar con los recursos monetarios necesarios que les permitan satisfacer sus necesidades básicas. Las cifras de 2019 en Latinoamérica muestran un total de 185,5 millones de personas en situación de pobreza. Para

finales del presente año, y debido a la pandemia, se proyecta que llegue a alcanzar 230,9 millones para finales de 2020, lo que representa 37,7% de la población en este lado del mundo.

Los paquetes de medidas anunciados por los gobiernos regionales han sido y serán insuficientes, ante lo cual se requiere no solo el apoyo de los multilaterales (cuya capacidad de apalancamiento financiero resulta escaso en esta circunstancia), sino el de países en otros continentes con suficiente fortaleza económica para apoyar a los países latinoamericanos a emerger lenta, pero sostenidamente de la profundidad en la cual se encuentran inmersos.