Verstappen vs Hamilton: El título decidido en la última vuelta de Abu Dabi
Redacción.- Hay finales que se olvidan con la siguiente bandera a cuadros, y hay otros que se convierten en leyenda.
El Gran Premio de Abu Dabi 2021 pertenece a esa segunda categoría: una carrera que parecía escrita para Lewis Hamilton terminó convertida en uno de los capítulos más electrizantes en la historia moderna de la F1. Y todo cambió en 5.281 metros, una vuelta que aún divide al paddock.
That extraordinary final lap of the 2021 title race in full 😮#AbuDhabiGP 🇦🇪 #F1 pic.twitter.com/kknTMDfpAF
— Formula 1 (@F1) December 12, 2021
Empate técnico: 369.5 puntos y un solo destino
La trama previa ya tenía dosis de épica: Hamilton y Verstappen llegaban empatados a la última carrera. El inglés buscaba su octavo título; el neerlandés, el primero para él y para su país. Desde la largada, Hamilton dominó 57 vueltas con autoridad. El guion parecía sentenciado.
Pero ese día, el destino traía otros planes… y un mexicano tenía un papel reservado en el giro dramático.
Checo Pérez y el nacimiento del “Ministro de la Defensa”
La anécdota imposible de olvidar ocurrió a mitad de carrera.
Cuando Hamilton salió de boxes con neumáticos frescos, Sergio ‘Checo’ Pérez apareció como un muro de concreto, defendiendo cada centímetro de la pista con gomas usadas.
Frenó, cerró, estorbó, resistió.
Le robó casi cuatro segundos vitales al inglés.
“Checo is a legend!”, gritó Verstappen por la radio.
Y así nació el apodo que ya está tatuado en la memoria del automovilismo: el Ministro de la Defensa.
Esa maniobra permitió que la diferencia se redujera de forma crítica… la chispa que encendería el desenlace.
Latifi, el Safety Car y el momento en que el mundo se detuvo
A falta de cinco vueltas, Nicholas Latifi chocó. El Safety Car entró y borró los 14 segundos que Hamilton tenía de colchón.
Mercedes apostó por no parar.
Red Bull llamó a Verstappen por neumáticos blandos nuevos.
Y comenzó la polémica: tras deliberación, el director de carrera Michael Masi permitió pasar a los rezagados, dejando a Hamilton y Verstappen solos, sin tráfico, para un mano a mano final.
La Fórmula 1 entera exhaló… y esperó.
Una vuelta, un título, un rugido
La carrera se lanzó a un sprint único. Hamilton aguantó las primeras curvas, pero Verstappen olió sangre.
En la curva 5, frenó más tarde que nunca y arrebató el liderato con un movimiento al borde del abismo.
Hamilton intentó replicar por fuera en la recta, pero el Red Bull mordió fuerte.
El inglés vio escapar su octavo título.
El neerlandés entró gritando como nunca había gritado.
El mundo del motor se dividió para siempre.
Ni las protestas posteriores de Mercedes cambiaron el resultado.
Max Verstappen se convirtió en el 34º campeón del mundo de F1, destruyendo una hegemonía que llevaba cinco años en manos de Hamilton.
Un cierre que se volvió mito
Ese día, Carlos Sainz subió al podio en tercer lugar; Fernando Alonso fue octavo.
Pero nada importó más que la vuelta final, una secuencia que aún hoy se narra como una historia mítica.
Un giro que cambió la Fórmula 1.
Un giro que inició una era.
Un giro que convirtió a Verstappen en campeón… y a Hamilton en protagonista de una de las derrotas más dolorosas de su carrera.
Y que, años después, sigue siendo materia de conversación —entre elogios, críticas, polémicas y nostalgia— cada vez que se recuerda la vuelta más famosa del siglo XXI.