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Tylah Durie, estudiante de de belleza de 16 años de edad, estuvo a punto de perder la vista gracias a que se le ocurrió le idea teñirse la ceja sin preocuparse del tiempo de aplicación del tienta y dejar el efecto más de 10 minutos.
La joven relató en sus redes sociales que sus ojos comenzaron a cambiar se hicieron grandes y la picazón era insoportable: “Era como tener arena de playa dentro de mis ojos, sin poder quitármela”.
Luego de recibir atención médica, la joven confirmó que había sufrido de algunas quemaduras químicas por la sensibilidad de la zona y por una reacción alérgica al tinte por la que tuvo la suerte de no quedar ciega.
