Artistas exploran la estética de la velocidad durante la semana del Gran Premio
La velocidad también puede contemplarse. En la Ciudad de México, la exposición El Arte del Gran Premio reunió a artistas como Pedro Friedeberg, Pablo Fierro, Alejandro Baruch, José Cacho, José Gomseg, Adry Balbo, Simona Ahued y Estephania Barba, para transformar la energía del automovilismo en una experiencia estética y sensorial.
El Hotel Sofitel fue el escenario de este encuentro que, en el marco del Gran Premio de México de Fórmula 1, convirtió el espacio en una galería de arte contemporáneo. En su lobby principal, una escultura de tamaño real de un monoplaza de Fórmula 1 intervenido por José Gomseg se erigió como pieza central del recorrido, símbolo de la fusión entre la precisión técnica y la imaginación artística.
Las obras, instalaciones y performances que ocuparon los distintos espacios del hotel propusieron un diálogo entre arte, diseño e ingeniería. Friedeberg, con su ironía geométrica, y Fierro, con su trazo expresivo, compartieron mirada con las interpretaciones visuales de Baruch y Cacho, mientras Balbo, Ahued y Barba llevaron el gesto artístico al terreno del cuerpo y el movimiento.
Más allá de acompañar la fiesta del automovilismo, la muestra, coordinada por ADN Colectivo, planteó una reflexión sobre cómo el arte contemporáneo puede apropiarse de los símbolos de la modernidad —la máquina, la velocidad, la competencia— para resignificarlos como metáforas de creación y contemplación.
"El Arte del Gran premio" mostró que, incluso en el vértigo urbano, el arte encuentra su ritmo y convierte la velocidad en un acto de sensibilidad.
