Ramón Rojo y su Sonido La Changa: El rey de los sonideros

Por María Fernanda Delgado

Tras conquistar la Arena Ciudad de México, el Teatro Metropólitan, el Auditorio Nacional y el Vive Latino en 2014, el monumental (50 toneladas de equipo) Sonido La Changa, comandado por Ramón Rojo Villa, llevará este verano su poderío musical al otro lado el Atlántico, hasta España, en el festival Primavera Sound en Barcelona.

A los 70 años de edad para Rojo Villa su historia con la música guapachosa fue más allá del gusto por el baile y la pasión por los géneros latinos de La Sonora Matancera,  hasta convertirse en su estilo de vida, fuente de trabajo y motivo por el que hará su primera incursión en uno de los festivales musicales más importantes de Europa.

CON BAUHAUS Y LANA DEL REY
Aunque no es su primera presentación en el Viejo Continente, pues en 2014 La Changa estuvo presente en el festejo por aniversario de un museo portugués, Ramón Rojo Villa está emocionado de representar a Latinoamérica con su música en el escenario, que compartirá con artistas internacionales del calibre de The Strokes, Baushaus, Lana Del Rey e Iggy Pop, entre muchos más, el próximo 6 de junio.

EL NACIMIENTO DE LA CHANGA
Quedan lejanos los días en que, con 20 años, Rojo Villa ponía en un tocadiscos prestado los acetatos que vendía en el puesto de su tío los domingos.

La vocación sonidera le llegó de imprevisto, con una invitación para musicalizar un cumpleaños infantil en la colonia Clavería, de Azcapotzalco, de parte de una señora que lo escuchó en su puesto. Su paga fueron 25 pesos más transporte.  

 “Recuerdo que ese día cayó un tremendo tormentón, creo que ese fue como el bautizo de La Changa”, señaló con humor. 

A pesar de que su sonido tenía nombre casi desde que inició, este quedó eclipsado por el apodo que le pusieron desde niño sus amigos del barrio, el cuál está inspirado en un personaje de historietas. 

“Yo no le puse La Changa, a mí me decían en el barrio La Changa, yo le puse Aves del Trópico, así se me ocurrió por la música. Al tocadiscos le mandé hacer para su tapa un espejo biselado con ese logo, pero así se le quedó”, recordó. 

Después de esto, la publicidad de "boca a boca" comenzó a volverlo conocido y solicitado, llevándolo a ofrecer sus primeros bailes, detrás de la iglesia de San Francisco de Asís, en Tepito, y después a tocar en sitios cada vez más grandes.

En poco tiempo sus 25 pesos por presentación se convirtieron en 100, y aunque no abandonó las fiestas, sus contratos comenzaron a llegar a ferias y celebraciones patronales porque comenzaron a buscarlo también de sitios fuera de la ciudad. 

CRUZANDO EL CHARCO
Su primera presentación en Estados Unidos fue un completo suceso en la ciudad de Los Ángeles, California. Con los boletos agotados tres días antes del evento, que se llevó a cabo en el Hollywood Palladium, de Sunset Boulevard, logrando congregar a una multitud de casi 7 mil almas, la mayoría fuera del establecimiento.  

Por cuestiones de sobrecupo e inicio de desmanes fuera del lugar, el evento se tuvo que suspender, y Rojo Villa tuvo que controlar a una turba iracunda, la cual se fue, ante la mirada atónita de las fuerzas del orden público que esperaban un caos, pacíficamente a casa con la promesa de un concierto en un lugar más amplio, realizado en un rancho de Riverside, días después. 

“Yo salí con un altavoz y les dije: 'Señores, aquí estamos en casa ajena, no es nuestra patria, hay que respetar, háganme el favor de salirse con el debido orden'. Se salieron en orden, no hubo desmanes, los gringos se quedaron impresionados.

"Ahí fue punta de lanza para permitirnos viajar por todo el interior de la Unión Americana, ese fue un boom tan grande para nuestros paisanos, que se motivaron a hacer sus sonidos y ahora es un furor allá, donde quiera hay sonideros”, relató. 

Y TODO POR UNA CUMBIA
Al parecer, los organizadores del evento conocen el repertorio musical de La Changa, ya que cuando los invitaron les pidieron un tema en especial, una cumbia colombiana que él bautizó como La Monjita Voladora, que se encuentra de moda en las discotecas europeas, gracias al remix que le hicieron en un género musical conocido como Wepa.

Acerca de la cultura sonidera, Rojo Villa se muestra orgulloso, pues a pesar de haber permanecido marginada durante décadas, ahora está siendo revalorizada como parte del folclor mexicano.  

Para el sonidero, su legado, resultado de una trayectoria de 52 años, busca ser el responsable de abrirle las puertas a escala mundial a la música tropical y a los nuevos sonideros. 

“El movimiento sonidero es una cultura hecha por todo México, es parte de nuestra cultura y no se va a acabar. 

“Ramón Rojo y Sonido La Changa brincando el charco hasta Europa, tenemos la encomienda de llevar la cultura sonidera, porque detrás de mí hay muchos, hay miles de personas que tienen sonido y viven de esto. El futuro para la música sonidera es muy grande. El mundo ya nos volteó a ver, y es responsabilidad de la gente lo que hagan del legado que deje La Changa", concluyó.