“Una batalla tras otra”: Paul Thomas Anderson entrega un relato político inspirado en Pynchon
En el cine, ciertas obras aparecen con la fuerza de un espejo inmediato. “Una batalla tras otra”, el más reciente largometraje de Paul Thomas Anderson, se ubica en esa categoría: una película que, desde su estreno, ha sido recibida como un clásico en tiempo real.
El director de Magnolia (1999) y There Will Be Blood (2007) presentó en Estados Unidos su nuevo filme, definido por la crítica como un proyecto de escala mayor en lo narrativo y lo político. La recepción ha sido inusual: 98% de críticas positivas en Rotten Tomatoes y 96 sobre 100 en Metacritic, cifras que reflejan una unanimidad poco común. “Un triunfo emocional y visceral”, escribió David Sims en The Atlantic, quien le otorgó la máxima calificación.
Una trama inspirada en Pynchon
La película toma como punto de partida la novela Vineland de Thomas Pynchon, pero traslada su sátira de la presidencia de Ronald Reagan a un presente marcado por lo que algunos críticos leen como ecos de la era Donald Trump. Diego Batlle, de Otros Cines, definió la obra como “uno de los más potentes y políticos largometrajes de su notable filmografía”.
El relato sigue a Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio), un ex revolucionario en decadencia que se reencuentra con antiguos compañeros, entre ellos Sergio St. Carlos (Benicio del Toro), para enfrentar a su enemigo de siempre, el Coronel Steven J. Lockjaw (Sean Penn), y rescatar a su hija, Willa Ferguson (Chase Infiniti).
Peter Bradshaw, de The Guardian, señaló que la película es “a la vez seria y poco seria, emocionante y desconcertante, una fusión tonal que envía esa efervescencia loca a través de la pantalla VistaVision”. Brian Tallerico, de RogerEbert, destacó en cambio su dimensión ética: “Crucialmente, es una película profundamente humanista”.
Actuaciones bajo la lupa crítica
Las interpretaciones han generado amplio reconocimiento.
Leonardo DiCaprio encarna a Ferguson, un personaje descrito como un “revolucionario fracasado” que se sumerge en el alcohol y las drogas. Jake Coyle, de Associated Press, lo calificó como “la actuación más al estilo Lebowski de DiCaprio”, mientras que Liam Gaughan, de HighOnFilms, lo comparó con un héroe torpe al estilo de Buster Keaton o Chaplin.
Sean Penn, en el papel del antagonista Lockjaw, apostó por la exageración. Para Diego Batlle, el resultado es eficaz; José Luis De Lorenzo, de A Sala Llena, lo definió como “un personaje extraído de una caricatura de Looney Tunes”.
Teyana Taylor, como Perfidia Beverly Hills, recibió elogios por su energía en pantalla. Coyle apuntó que su impulso por la revolución es “visceral y sexual”.
Benicio Del Toro, como Sergio, fue descrito por el mismo Coyle como una figura que combina “sensei y líder de inmigrantes al estilo Harriet Tubman”. Rodrigo Perez, de The Playlist, citó una frase clave de su personaje: “la libertad no es miedo”.
Chase Infiniti, en su debut cinematográfico, fue reconocida por transmitir “una fuerza interior que se percibe claramente”, según Coyle.
Temáticas y lectura política
El guion aborda cuestiones como la violencia armada, el racismo y las deportaciones. Para Jake Coyle, se trata de “una excepción en casi todos los sentidos al Hollywood moderno”. Bradshaw concluyó que la película reflexiona sobre “la disidencia y el descontento, y el heroísmo solitario de no encajar”.
Producción y música
Con un presupuesto estimado entre 130 y 175 millones de dólares, el filme es el proyecto más ambicioso de Anderson, rodado en 35 mm con cámaras VistaVision. La banda sonora fue compuesta por Jonny Greenwood, quien introdujo elementos electrónicos y techno a su habitual registro orquestal. Un usuario de Reddit la describió como “una máquina tensa que te atropella”.
La duración final es de 161 o 162 minutos y su estreno comercial en Estados Unidos será el 26 de septiembre de 2025, pero en México se adelantó al 25 del mismo mes. Alex Godfrey, de Empire, anticipó que “en los próximos años, cuando esto aparezca en la televisión a altas horas de la noche, será imposible apagarlo. Es una de esas películas”.
Voces externas y resonancias
El propio Steven Spielberg, en una conversación pública con Anderson, expresó que la cinta es “cada vez más relevante que quizás incluso cuando terminaste el guion”. La reflexión conecta con lo que Salman Rushdie escribió hace 35 años sobre Vineland: “una novela política importante sobre lo que Estados Unidos se ha estado haciendo a sí mismo”.
Con estas opiniones, el filme se instala no sólo como un estreno esperado, sino como un acontecimiento cultural que ya alimenta debates sobre cine, política y memoria en la sociedad contemporánea.
