Liverpool vence en penales a Chelsea y conquista su novena Carabao Cup

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LONDRES.- Tras cuatro goles anulados, uno de los mejores 0-0 de los últimos años, una prórroga y una tanda de penaltis con 22 lanzamientos, el Liverpool fue el último gladiador en pie en Wembley y levantó su novena Carabao Cup tras fallar Kepa el último penalti de la tanda.

El partido fue uno de los mejores 0-0 que se recuerdan. Eléctrico, con muchas alternativas y, sobre todo, con demasiadas ocasiones falladas. Para los dos equipos, que veían atónitos cómo, pese a los innumerables intentos, eran incapaces de desnivelar el marcador.

Un error en la salida del portero senegalés Edouard Mendy le dio una opción a Liverpool, al despejar un disparo desde la frontal de Naby Keita, el rechace se quedó suelto, llegó Sadio Mané con todo a favor y el arquero, en un esfuerzo desde el suelo, repelió la pelota. Espectacular. Una de las paradas de la temporada.

La parada de Mendy pudo ser incluso mejor si sus compañeros hubieran estado más atinados, sobre todo Mason Mount, que dispuso en sus botas de las dos ocasiones siguientes.

El mediapunta inglés erró una volea en la frontal del área, clarísima, y un mano a mano delante de Kelleher que tiró al palo. Surrealismo e incredulidad para Mount, que no podría haber dispuesto de dos pelotas mejores para adelantar a su equipo.

El Chelsea dejó con vida al Liverpool y este celebró el 0-1, de forma temporal. En una falta innecesaria de Marcos Alonso, la pizarra de Klopp relució. La colgó Alexander-Arnold al segundo palo, Mané, solo remató picado, y Matip, en el palo contrario empujó la pelota. Empezó la celebración del Liverpool y apareció el VAR, que, tras unos minutos de duda, decidió anular el tanto por fuera de juego de Virgil Van Dijk, que no tocó la pelota, pero provocó con su movimiento que el defensa le persiguiera a él y no a Mané. No se lo creía el holandés.

Con Salah muy desaparecido, la amenaza 'Red' fue Luis Díaz, que hico un enorme partido en Wembley y pudo coronarlo con un gol que le sacó Mendy. El arquero senegalés le aguantó un mano a mano y despejó el intento de caño del colombiano. Díaz era un catalizador de los impulsos del Liverpool, que llegó mucho mejor a la recta final de partido y obligó a Mendy a realizar un milagro tras otro. La mano que sacó a un cabezazo de Van Dijk en el descuento fue de otra galaxia.

La locura era tal que casi se llevó la final el Chelsea con un remate de Romelu Lukaku en el minuto 95.

Al belga le anularon un gol en la prórroga y a Havertz, otro, para confirmar que este encuentro estaba predestinado a ir a los penaltis. Tuchel, en el último minuto de la prórroga confió en Kepa Arrizabalaga, expertos en tandas, y quitó a Mendy.

El nivel del encuentro no bajó y los 21 primeros lanzamientos fueron todos dentro.

Kepa, que esta temporada dio la victoria al Chelsea en tres tandas de penaltis, una en la Supercopa de Europa y dos en esta competición, fue el villano. Su penalti, el número 22, se marchó por encima del larguero.

Novena Copa de la Liga para el Liverpool, que se desmarca como el equipo con más títulos, uno más que el Manchester City.

JLR