'Electrocuta' Iron Maiden a miles de metaleros en Barcelona

EFE

Por Rosa Díaz

Barcelona.- Un mar de brazos en alto con el saludo 'metal' y 18 mil personas saltando a la vez recibieron en Barcelona a Iron Maiden, leyenda viva del heavy metal, que electrocutó el Palau Sant Jordi con sus guitarras contundentes y un repertorio que ha puesto cara a cara temas clásicos y nuevos.

Los saltos, golpes de cabeza y gritos del público fueron más liberadores y salvajes en los himnos inmortales compuestos en los 80, edad de oro de la banda, pero las nuevas canciones del último disco "Senjutsu" estuvieron a la altura y el ritmo no ha decaído en ningún momento de las casi dos horas de tralla que han ofrecido los británicos, en la primera parada del tramo español de su gira mundial.

Steve Harris y su gente sudaron la camiseta en un concierto de alta temperatura, en el sentido figurado y en el real, porque la ola de calor que azota Europa no da respiro ni de noche, y menos si se juntan miles de personas dispuestas a saltar sin límite.

Las llamaradas que salieron del escenario en varios momentos del concierto no ayudaron a refrescar, pero quién puede sentir frío ante temas como "The trooper" y "Wasted years", que cerraron el concierto en un ambiente de euforia colectiva.

Pero la fiebre empezó a subir mucho antes, cuando Nicko McBrin se sentó frente a la batería y los otros cinco miembros de la banda saltaron sobre el escenario, corriendo, cantando y dando caña a sus guitarras, anunciando la descarga eléctrica que estaba por venir.

DICKINSON, EL JOVEN ETERNO

Con la chaqueta al viento, a modo de capa de superhéroe, el cantante Bruce Dickinson, de 64 años, voló por encima de los altavoces, más en forma que muchos más jóvenes, y ha cantado cinco temas seguidos del nuevo disco.

Entre "Days of future past", la canción que da nombre a la actual gira "The future past tour 2023", y "The time machine" explicó que la idea del concierto es montarse en una máquina del tiempo, para revivir su disco de 1986 "Somewhere in time", del que ha rescatado un tema nunca interpretado en giras anteriores, "Alexander the Great", y luego volver al presente con los nuevos temas de "Senjutsu".

Pero el público escuchó poco, ansioso porque volviera la música. Hay que tener en cuenta que la mayor parte forma parte de esa generación española a la que le cuesta el inglés, aunque se saben todas las canciones de Iron Maiden.

De todas maneras, hay cierta renovación en los conciertos de la “Doncella de Hierro” y se ven algunos jóvenes que esconden bajo su melena sorpresas, como un rapado de nuca o un teñido rubio, probablemente hijos de metaleros, porque el heavy es algo que se transmite de padres a hijos.

El primer hit fue "The prisoner", que desató a la bestia y fue el inicio de una tanda de temas icónicos de discos de los 80, como "The numbers of the beast" y "Seventh son of a seventh son".

De vuelta a "Senjutsu", Dickinson se dirigió a los catalanes, justo antes de interpretar "Death of the celt", para decirles que, "si tienes una cultura, una tradición y una familia, no pueden deshacerse de ti".

EDDIE THE HEAD CON METRALLETA

En "Heaven can wait", Eddie the Head, el famoso zombi resucitado presente en casi todas las portadas de los discos de la banda, hizo su aparición y se peleó, metralleta en mano, con Dickinson que, subido a una pasarela, puso el toque teatral tan propio de Iron Maiden.

Mientras, los tres guitarristas se turnaron en 'riffs' gloriosos, con Steve Harris al mando desde su posición de bajista.

Sólo una cosa pudo haber echado de menos el público, la ausencia de algunos de sus clásicos imprescindibles, pero es que, en el caso de Maiden, el vasto cancionero puede jugar en su contra.

Habrá que volver a verlos en la próxima gira para escuchar las canciones que faltaron hoy, y será un placer.

IMCM