Innovar
Usualmente, esta columna se avoca a temas políticos o sociales. Sin embargo, en esta ocasión hago un paréntesis con motivo del inicio del último mes del año. Lo hago por una simple razón: es sano tomarse un tiempo para considerar otros temas, reconocer que las personas necesitamos pensar más allá de los temas cotidianos y dar gracias por lo que está funcionando en nuestras vidas. No es común hacer este tipo de reflexiones pero estoy cierto que dar gracias es algo que debemos hacer.
He escuchado a muchas personas decir que 2017 fue un buen año pero tienen miedo de que 2018 sea muy complicado debido a la situación económica mundial, política en México y Estados Unidos y social (ante la inconformidad de ciertos grupos por que un grupo u otro obtengan una mayoría absoluta para gobernar nuestro país).
Igualmente, señalan que 2019 puede ser aún más complicado. Comprendo su incertidumbre ante lo que pueda ocurrir en los próximos años y la reconozco como válida.
Tener cierta resistencia a lo desconocido es una de las posturas más comunes del ser humano. Cualquier cuestión que sugiera que se está perdiendo el control resulta incómoda.
Ahora bien, durante 2017 he visto que amigos cercanos han asumido el reto de encaminarse a llevar a cabo proyectos diferentes a lo que venían realizando cotidianamente: abogados participando en negocios, ciudadanos tomando parte en temas políticos, madres (que antes se enfocaban en estar con sus hijos) consolidando empresas que les generan ganancias reales, entre otros.
Ante la necesidad de mejorar las condiciones de vida, muchos hemos reconocido que debemos innovar. La concepción de que una persona debe trabajar en un empleo durante muchos años para aspirar a una buena vida poco a poco se evapora.
La realidad es que involucrarnos en diferentes disciplinas nos permite explotar todas las cualidades que tenemos dentro. No es necesario confinarse a una sola tarea para ser exitoso.
Debemos encontrar diferentes nichos en los que podamos aportar.