Embarazo adolescente, el gran desafío para la salud pública en México
Redacción
Ciudad de México.- El embarazo adolescente es una problemática de salud pública significativa en México, que afecta el bienestar de las jóvenes y sus hijos. El país registra una de las tasas más altas en América Latina y la mayor entre los 38 países que integran a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Anualmente, aproximadamente 340 mil bebés nacen de madres menores de 19 años. Con base en expertos, se define el embarazo adolescente como aquel que ocurre en mujeres menores de dicha edad.
Si bien afecta principalmente a jóvenes de entre 15 y 19 años, también se presentan casos en menores de sus 15 “primaveras”, a menudo asociados con violencia sexual. Los datos oficiales de la Secretaría de Salud (Ssa) son alarmantes, puesto que, en 2024, se registraron 56 mil 610 adolescentes de 16 años o menos que “dieron a luz”, y de ellas, mil 652 tenían entre 10 y 13 años. Esta situación es calificada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como "no posible" y un delito de violencia sexual.
CAUSAS MULTIFACTORIALES
Según especialistas, el embarazo en la adolescencia es resultado de una compleja interacción de factores educativos, familiares, socioculturales y económicos:
• Falta de educación sexual integral: Es uno de los principales contribuyentes, dado que muchas jóvenes no reciben información clara y científica sobre reproducción, anticonceptivos y sexualidad responsable. En algunas regiones de México, la educación sexual sigue siendo un tema tabú.
• Uso inadecuado o falta de acceso a anticonceptivos: A pesar de los programas existentes, muchas adolescentes carecen de acceso o desconocen el uso correcto de métodos anticonceptivos. La estigmatización social también dificulta su adquisición.
• Influencias socioculturales y presión de pareja: En ciertas comunidades, el embarazo a temprana edad está normalizado, y las jóvenes pueden enfrentar presión de sus parejas para tener relaciones sexuales sin protección o asumir la maternidad precozmente.
• Violencia sexual y abuso: Un porcentaje considerable de casos son consecuencia de abuso o violencia sexual, donde las víctimas a menudo carecen de redes de apoyo y acceso a servicios de salud y justicia.
• Falta de proyectos de vida y oportunidades: La ausencia de acceso a educación de calidad u oportunidades de desarrollo personal, educativo y profesional puede llevar a algunas jóvenes en condiciones de pobreza a ver la maternidad como una alternativa o forma de estabilidad emocional.
UN IMPACTO DE 53 MIL MDP
A nivel nacional, el impacto económico del embarazo adolescente y la maternidad temprana se cuantifica en casi 63 mil millones de pesos.
Incluso, en muchos casos, existe una considerable diferencia de edad entre la madre adolescente y el padre. Con base en la Ssa hay diferencias de hasta 69 años, con más de mil casos donde la diferencia supera los 20 años y casi 500 donde los progenitores tienen más de cuarenta años.
Pese a que la edad mínima legal para contraer matrimonio en México desde 2016 es de 18 años, en 2024 se contabilizaron 586 menores de 16 años que reportaron estar casadas, y el 72% (40 mil 698) de estas niñas vivían en unión libre con sus parejas.
Si bien la mayoría de los casos son el primer embarazo (90%), el 9% corresponde al segundo y 0.6% (587 niñas) aseguraron haber tenido tres o más embarazos.
PANORAMA GEOGRÁFICO Y TENDENCIAS
El problema no se limita a zonas rurales o comunidades indígenas; dado que sólo el 14% de las madres menores de edad se identifican como indígenas.
Números oficiales del año pasado ubican al Estado de México a la cabeza de la lista con un neto de 6 mil 243 embarazos infantiles.
Sin embargo, al calcular por habitantes, Chiapas ocupa el primer puesto con 92 casos por cada 100 mil habitantes, seguido de Guerrero (69) y Michoacán (60).
La Ciudad de México es la entidad con menos casos bajo esta métrica, con 19 nacimientos por cada 100 mil habitantes y la alcaldía Benito Juárez es la de menor incidencia, con 7 nacimientos por cada mil jóvenes.
HAY UNA LEVE DISMINUCIÓN
Pese a las alarmantes cifras nacionales, en los últimos años hay un descenso en los embarazos infantiles, con una reducción de 16.7% en la tasa de fecundidad adolescente entre 2015 y 2023 (pasando de 72.4 a 60.3% por cada mil mujeres). Mientras que de 2023 a 2024, se registró una caída de 4% en nacimientos de madres de 16 años o menos.
Los expertos subrayan que México requiere reducir la tasa de embarazo adolescente con un enfoque integral que involucre la educación, la salud y el entorno social, para ello sugieren que se imparta información científica, libre de prejuicios y adaptada a las necesidades de los adolescentes, incluyendo anticonceptivos, prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual y derechos reproductivos.
Otro elemento es que haya oportunidades educativas, deportivas y culturales que permitan a las jóvenes desarrollar proyectos de vida, lo que suele postergar la maternidad hasta una edad más adecuada.
También abogan por campañas de concienciación, en las cuales adapten los mensajes a medios digitales y redes sociales, creando contenido atractivo y realista sobre la salud sexual y reproductiva.
Y finalmente, urge al fortalecimiento de leyes y protección contra la violencia sexual, puesto que aseveran que es crucial reforzar la protección legal de niñas y adolescentes contra el abuso sexual y el matrimonio infantil.
IMCM