Encuentran esqueleto que podría tener más de 10 mil años de antigüedad cerca del AIFA
Durante las excavaciones en el yacimiento de Santa Lucía, durante la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), se reportó el hallazgo de un esqueleto notablemente completo, denominado “Yotzin” (único en náhuatl), que podría datar de hace 10,000 años.
El equipo multidisciplinario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezado por el arqueólogo Rubén Manzanilla López, llevó a cabo esta investigación. Este grupo incluye al biólogo Lauro González Quintero, al geólogo Antonio Flores Díaz, a la arqueóloga Patricia Dolores Cázares Rodríguez y al antropólogo físico Jorge Arturo Talavera González.
El esqueleto fue descubierto en el sitio denominado M3, cercano al cerro y poblado de Xóloc, a 2,241.58 metros sobre el nivel del mar. Corresponde a un hombre adulto de entre 25 a 30 años de edad y con una estatura de 1.75 metros de estatura. El equipo arqueológico lo encontró flexionado, con el tórax destruido y el cráneo roto a la altura de la nariz y el ojo izquierdo. La coloración negruzca de los huesos se debe al sedimento en el que estuvo inmerso.
El antropólogo físico Arturo Talavera González realizó la primera fase de estudio del espécimen, indicando que “sus características están más cercanas a los primeros pobladores de América o cazadores-recolectores de finales del Pleistoceno, que a las poblaciones prehispánicas”. Sin embargo, los fechamientos de radiocarbono aún están pendientes para confirmar la antigüedad exacta de "Yotzin".
Las observaciones preliminares revelaron un cráneo alargado, mandíbula ancha y huesos robustos, típicos de los cazadores-recolectores. La estatura de 1.75 metros es notablemente alta en comparación con los restos prehispánicos, que generalmente varían entre 1.60 y 1.65 metros. Además, el desgaste severo en los dientes, sin caries, sugiere que “Yotzin” no consumía carbohidratos y probablemente usaba sus dientes como herramientas para trabajar pieles o fibras.
Estudios preliminares de paleoambiente y estratigrafía indican que el entierro de "Yotzin" se ubica en un periodo interglaciar, fechado en otro yacimiento importante de la Cuenca de México, Tlapacoya, entre 20,000 y 13,000 años antes del presente. El equipo arqueológico encontró el esqueleto sin artefactos asociados, ubicado a medio metro de restos de megafauna, en la misma profundidad y capa estratigráfica.
Este hallazgo es significativo porque pone nuevamente a la Cuenca de México en el mapa de estudios de la evolución humana, proporcionando información valiosa sobre los primeros habitantes de la región y su estilo de vida.