GUADALAJARA – Extenuante, hasta el último aliento, de forma dramática, las Chivas son Campeonas de Concacaf tras derrotar en penaltis 4-2 a un Toronto FC que fue digno, empató el global (3-3) y estuvo cerca de llevarse el triunfo… Pero no, la gloria del Rebaño lo llevará hasta el Mundial de Clubes.
La situación parecía cómoda para el cuadro rojiblanco cuando, apenas al 19’, Rodolfo Pizarro condujo el esférico por el centro, encaró a su marcador y prefirió cederle a profundidad a Orbelín Pineda para que definiera de derecha ante la salida de Alexander Bono. Fue un momento de explosión, de catarsis absoluta, pero también el Rebaño empezó a dejar crecer al rival.
Los mejores hombres del conjunto canadiense aparecieron cuando más se les necesitaba: La zaga de las Chivas no atinó a despejar un balón dentro de su área hasta en tres ocasiones, Nicolás Hasler tomó el esférico en los linderos del área chica y metió un centro preciso que Jozy Altidore mandó al fondo de las redes. Los nervios se pusieron de punta cuando Sebastián Giovinco empató el global al 44’.
Los mexicanos estaban shockeados y no despertaron hasta que una gran atajada de Rodolfo Cota a disparo Víctor Vázquez los hizo despertar al 51’. Matías Almeyda supo entonces que debía ir al frente, mitigar al rival y asfixiarlo, ya que un gol más canadiense habría puesto todo muy cuesta arriba. Sacó a Carlos Salcido e ingresó a Jesús Godínez, el efecto fue inmediato cuando el delantero estrelló el esférico en la base del poste de Bono.
Toronto FC se tiró hacia atrás, su apuesta fue el contragolpe con Giovinco, mientras que Chivas encimó a través del desequilibrio de Rodolfo Pizarro, el ingreso de ‘La Chofis’ López y el talento de Alan Pulido; sin embargo, la última clara oportunidad del tiempo regular la tuvo Marky Delgado al volar su disparo ante el marco. Todo se definiría en penaltis.
Alanís, Godínez, Pulido y Zaldívar anotaron por los mexicanos, Giovinco y Delgado lo hicieron por los canadienses, mientras que fallaron Osorio y, sobre todo, el gran capitán en el último cobro. Michael Bradley. Para cuando voló su disparo, la nación chiva ya festejaba un nuevo título.
