¡Qué coincidencia!

En sólo dos semanas se han jugado en el balompié nacional un par de finales. La primera, la del torneo de Copa que ha pasado de ser un torneo “patito” a ser un campeonato con mejor grado de competencia y la segunda, tuvo como contendientes a Pachuca y Tigres, buscando dirimir la supremacía de la CONCACAF y conseguir el boleto al Mundial de Clubes.

En la final copera, Guadalajara se impuso por la vía de los penales a Morelia mientras que los Tuzos, aprovechando la localía, dieron cuenta de los felinos norteños que con todo y su millonaria inversión, se quedaron en la orilla.

Creo que estos resultados deben mover a la reflexión, ya que se presentan varias coincidencias entre este par de recientes monarcas.

Lo primero es que sus propietarios son personas de carne y hueso, no corporaciones y por ello, cuidan los centavos, supervisan personalmente el manejo del club, checan las contrataciones y no tienen el menor interés en robarse a sí mismos. Por supuesto que pueden caer en excesos o prepotencia como lo ha hecho frecuentemente Jorge Vergara, pero es un hecho que ayuda el estar al pendiente. “Al ojo del amo, engorda el caballo”.

Otra concordancia se da en el apoyo que sus técnicos han recibido. Tanto Diego Alonso en la Bella Airosa como Matías Almeyda en Chivas tuvieron un inicio que en otros lares les hubiera costado la chamba más temprano que tarde, pero tanto Jesús Martínez como Vergara creyeron en el proyecto, los mantuvieron en el timón y la cosecha ha sido más que fructífera.

Otro aspecto es el extraordinario manejo de las fuerzas básicas. Si bien es cierto que Guadalajara se la tiene que jugar con puros mexicanos también lo es que, como se ha hecho en otros momentos en la institución, podría abrir la chequera y armarse a golpe de billetazos. El Pelado Almeyda ha creído en la sangre joven y parece inacabable el material humano que el Rebaño posee.

Del lado de Pachuca no se cantan mal las rancheras y en plena época de la regla 10/8, donde proliferan los extranjeros de mala e ínfima calidad, la final de la Concachampions la jugaron de inicio con 6 nacionales, algunos de ellos materia 100% de exportación.

Como decíamos al principio, la mayoría de los clubes en México pertenece o está respaldado por corporaciones. De esa manera vemos a Televisa detrás del América, a las cementeras financiando a Cruz Azul y Tigres, a Femsa apoyando al Monterrey, Pumas con un patronato, en fin, con resultados diferentes, pero sin el éxito deportivo y económico que significan Tuzos y Chivas.

Hay que reconocer a otros propietarios como Alejandro Irarragorri por su gran labor en La Comarca con Santos así como reprobar a los López Chargoy por su pobre propuesta con Puebla y Jaguares, que ni siquiera debería incluirlos, pues son un par de esbirros prestanombres.