¿Los ratones verdes de siempre?

No, querido lector. Aunque quisiera –y vaya que me gustaría escribir sobre el tema desde las perspectivas de los negocios y el derecho– no me referiré al papelón que hizo el grupo de jugadores de futbol que una organización privada escogió para incorporarlos a un concepto llamado “Selección Nacional” y mandarlos a competir en un torneo organizado en Rusia.

No, luego me invitas un café y ahí, con gusto y desparpajo intelectual, lo comentamos. Al preguntar “¿los ratones verdes de siempre?” busco una reflexión alrededor de las acciones que aún son un lastre para llevar a la sociedad mexicana hacia los primeros lugares de competitividad global. Juzga tú: Cómo estaremos que en plena era de cambiar a las personas por robots, algunos empresarios mexicanos prefieren conservar su mano de obra barata porque resulta más caro robotizar su planta y/o procesos. ¿Gracias, generoso dueño de empresa?

Cómo estaremos que las instituciones de educación superior privadas (y por desgracia algunas públicas también ya) aplauden una y otra vez el concepto de cliente-matrícula durante los años que dure el universitario en su carrera, pero luego la universidad no se hace responsable del bajo salario o desempleo que enfrenten sus egresados. ¿Y el servicio postventa, dónde quedó? ¿No que eran clientes y debían medir todo el tiempo su grado de satisfacción?

Cómo estaremos que si una joven es violada en la Ciudad de México (debajo de un puente cercano a Taxqueña) y su violador muere en el forcejeo con el mismo cuchillo que utilizó para someter a la mujer (por más que luego se aclaren las cosas) la víctima pase a victimaria en cuestión de segundos. O que por “errores” en la investigación un pastor cristiano siga libre a pesar de violar sistemáticamente a una niña durante varios años (desde el 2010) cuando ella tenía sólo 13 años.

Cómo estaremos que la sociedad mexicana sufre (padece) la falta de preparación técnica y ética de cientos de miles de abogados, pero la Secretaría de Educación Pública otorga los REVOE de tal manera que prácticamente surge una “escuela de derecho” a la semana desde 1991. Y cuando hablamos de la colegiación obligatoria, el fuego enemigo para combatirla surge de los mismos abogados (varios de ellos miembros de colegios y con cargos operativos en los mismos). Responde, querido lector, ¿los ratones verdes de siempre?