19S: No olvida la pesadilla que vivió

Por Ignacio Campos

Laura trabaja en un edificio, relativamente nuevo y de solamente 4 pisos, a pocas cuadras de Álvaro Obregón 286. Como todos los días, la mañana del 19 de septiembre se trasladó desde su domicilio en el poniente de la Ciudad, hacia su trabajo, sin imaginar que viviría una de las experiencias más traumáticas en su vida.

“Cuando empezó a temblar se fue la luz en el edificio donde trabajo, obviamente todos buscamos salir de ahí por la parte de atrás, que es la salida de emergencia, completamente a oscuras, y solamente tanteando, cuando de repente siento que me cae escombro en la cara y más me asusté”.

Laura dice que de pronto ya no pudo avanzar más al sentir varios cuerpos frente a ella, compañeros suyos que intentaban salir pero no podían hacerlo porque algo se los impedía: Un torniquete metálico frenaba la huida.

A patadas y golpes los de adelante por fin pudieron derribar el obstáculo que los separaba de salir de esa trampa mortal.

“Por fin logré salir y lo primero que vi fue el edificio de Álvaro Obregón 286 colapsado, se escuchaba gente gritando que pedía que las sacaran de ahí, los gritos eran realmente aterradores, me quedé aturdida sin saber qué hacer”, dice mientras contiene su emoción por el recuerdo, “a una señora le faltaba una pierna, otra tenía ensangrentada la cara, la gente corría por todos lados gritando desesperadamente, fue algo realmente aterrador, polvo por todos lados, parecía como si estuvieras en la guerra”.

Dos meses después de la experiencia dice que seguía sin poder dormir bien, lo hacía vestida, con todo y tenis, y no conciliaba el sueño por mantenerse alerta a la repetición de un evento telúrico.

Confiesa que no lo ha superado del todo, ha ido a terapia psicológica para aminorar el impacto que le dejaron las dantescas escenas y confía que con el tiempo pueda superarlo, mas no olvidarlo.