La libertad rabiosa de Bolaño será expuesta en charlas online de la casa-estudio Cien Años de Soledad

Kevin Aragón  

Roberto Bolaño es ya, sin duda, una de las piezas estratégicas en la historia del juego literario de América Latina. Por eso, y con la intención de conocer mejor los movimientos a este creador de mitos, crítico de la cultura universal y apasionado detective de las letras, la Casa-Estudio Cien años de soledad ofrecerá de manera gratuita el ciclo “La imaginación en fuga”, que impartirá el académico de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Oswaldo Zavala. 

Éste se podrá seguir cada martes, a través del canal de YouTube y cuentas de Facebook de la Casa-Estudio Cien Años de Soledad y de la editorial Alfaguara, a partir del próximo 16 de noviembre hasta el 7 diciembre, a las 18 horas de la CDMX.  

Como introducción a este nuevo ciclo de charlas, el Diario de México entrevistó al también escritor e investigador, Oswaldo Zavala, quien ha estudiado a fondo la obra de Bolaño con la intención de comprender el modo en que su obra intervino en los grandes debates de la cultura y el quehacer de los escritores. 

  • A partir de su obra, ¿quién es Roberto Bolaño?  

Yo creo que hay muchos Robertos Bolaños, son muchos los autores que pueden reconocerse en ese nombre. Yo pensaría por lo menos en tres. 

El primero de ellos es el Roberto Bolaño que observa su juventud, en los años 70, entre México y Chile. Parte de lo que se percibe en su obra es el lamento de una generación de un grupo de jóvenes que terminaron borrados entre los vaivenes de los movimientos de Latinoamérica, de las dictaduras y los gobiernos autoritarios, pero también entre las élites políticas y culturales que dominaban en su momento.  

Novelas como Estrella distante o Nocturno de Chile hacen ese trazo de destrucción y lamento para la juventud chilena que fue arrasada por el golpe en 1973; mientras que la novela Amuleto piensa los efectos de la represión con la toma de la UNAM en 1968. 

El segundo Bolaño es el que de un modo muy ácido y provocador no escatimó sus críticas al establishment cultural de nuestros países. Un blanco de su crítica siempre fue Octavio Paz, por ejemplo. Él siempre cuestionó la centralidad de los caciques de la cultura que se aliaron con los gobiernos oficiales y fácticos del país. 

 También criticó el llamado Boom Latinamericano, la manera en que grandes escritores como Vargas Llosa o García Márquez, se fueron acercando gradualmente al poder y terminaron si no siendo cómplices, por lo menos siendo parte celebratoria de los grupos de poder más perniciosos o tóxicos de la historia latinoamericana.  

Ese Bolaño es muy incómodo, uno que no necesariamente cae bien a todo mundo, pero que en su rabiosa libertad dejó una marca muy importante para todos nosotros como lectores y para los que hemos sido críticos de esa peligrosa alianza entre cultura y poder.  

El último Bolaño, es el Bolaño global que ha sido objeto del análisis y de la celebración, no sólo de las instituciones y de los círculos intelectuales de América Latina y España sino del planeta entero, y esto se debe en gran parte a la traducción de su obra al inglés, sobre todo de Los detectives salvajes y 2666. 

Esas traducciones dieron una enorme visibilidad de su trayectoria que terminó además alimentando cierta visión que se ha construido —más desde Estados Unidos— en torno a América Latina en las últimas tres décadas. Con estas obras Bolaño hizo que muchos de sus lectores dejáramos de pensar en el “realismo mágico” y nos lanzáramos a pensar lo que él llamó el “realismo visceral” en un tipo de gesto de neovanguardia. 

  • Hablas de su gran visibilidad en el mundo, pero esta no fue siempre así 

Es importante recordar que este enorme éxito en realidad le tocó muy tardíamente. Los detectives Salvajes salieron en 1998, Bolaño murió en 2003, apenas vio parte de su éxito en los últimos años de su vida. La verdad vivió la en una situación muy marginal y con muy poco éxito, no era un autor ni por asomo exitoso hasta la publicación de Los detectives salvajes, catapultada por dos de los más importantes premios de Latino América y España: Rómulo Gallegos y el Herralde, respectivamente.  

Entonces, es muy irónico que ahora su nombre sea igualado a los arquetipos de la literatura latinoamericana. Yo no sé sí Bolaño realmente lo podría haber podido anticipar, pero como te decía, yo creo que esto se debe a cómo su obra ha sido recibida sobre todo en inglés y el modo en que las temáticas que propuso se convirtieron en algunas de las formas más reiterativas de imaginar Latinoamérica. 

  • ¿Cómo consideras que la obra de Bolaño ha influido en las nuevas generaciones? ¿Cuál es su legado? 

Roberto Bolaño es sin duda hoy uno de los grandes íconos de la literatura latinoamericana, multi citado. Su aparición en la presente producción cultural es vastísima, es un tipo de modelo a seguir a tal grado que ya tiene la relevancia de García Márquez como símbolo de la literatura latinoamericana.  

Considero que esto ocurre también porque Bolaño fue un escritor para jóvenes, apasionados por la vida literaturizada, saturada de libros. Por eso sigue habiendo generaciones que quieren leerlo, a diferencia de autores, como el mismo García Márquez o Carlos Fuentes, que claramente han envejecido y que no han tenido el mismo relevo generacional de jóvenes, que, como él, en algún momento soñaron con ser escritores, poetas, que pensaron rebeldemente más de una vez en afrontar las élites culturales.  

Pero su legado va más allá, pienso en el caso de la película Güeros que es ópera prima de Alonso Ruizpalacios. Es un ejemplo estupendo de cómo la obra de Bolaño ha influido profundamente en la imaginación de la cultura general en México. Comparten cierta trama y la alusión es muy clara, de hecho, en alguna parte de la película aparece un ejemplar de Los detectives salvajes. Esa melancolía, esa búsqueda de una juventud perdida, borrada siempre resulta extraordinaria y apasionante. Yo creo que en algún momento todos hemos sido protagonistas de una obra de Roberto Bolaño.  

  • No dejemos pasar uno de los temas más significativos del mito de Roberto Bolaño. ¿Cuál es la importancia del movimiento infrarrealista del que formó parte en México? 

Hay una larga polémica en torno a lo que representó el Infrarrealismo en su momento. Esta polémica se da en parte porque sin Roberto Bolaño nadie o muy poca gente recordaría a ese grupo de neovanguardia. Y es a partir de la melancolía y el recuerdo que Bolaño escribe en los Detectives Salvajes, que se reactiva para nosotros la importancia de ese pequeño grupo.  

 El Infrarrealismo tendría que pensarse, por lo menos, de dos modos: en el que lo escribe Bolaño, que es altamente mitificado; y luego el del Infrarrealismo histórico, con Mario Santiago Papasquiaro, José Vicente Anaya y otros, del que sí se debería pensar con toda justicia una pregunta más amplia sobre legado y su extraordinaria creatividad. Yo creo que es ocioso poner estas dos visiones en pugna. No se puede pelear con un mito literario, ya que está construido con los términos arbitrarios de la voz de su autor; en cambio uno sí puede hacer una investigación de archivo, histórica de qué cosa fue el Infrarrealismo.