'La memoria es, a veces, un mecanismo de defensa frente al dolor': Socorro Venegas

Foto: Facebook: socorro.venegas.56

BARCELONA.- La escritora mexicana Socorro Venegas, que acaba de publicar "Ceniza roja", un diario de juventud que partió del duelo de una pérdida familiar, piensa que "la memoria es a veces un mecanismo de defensa frente al dolor".

En la presentación del libro en la ciudad española de Barcelona (noreste), Venegas explicó este miércoles que encontró el diario "olvidado en un caja" mientras hacía una mudanza, "un texto que nunca fue pensado para ser publicado, sino como parte de la terapia recomendada por el psicoanalista".

"Ceniza Roja" (editorial Páginas de Espuma) pasó de ser un texto íntimo a "un artefacto literario", al que se han sumado las ilustraciones del también mexicano Gabriel Pacheco, que se intercalan entre las diferentes entradas del diario, muchas de ellas sin fecha determinada.

La autora se reconoce en ese texto de juventud, que escribió a los 26 años, cuatro meses después de la muerte de su primer marido: "Es la vida, la historia y las emociones fragmentadas, que es lo que queda de la hecatombe vital que cuento".

Venegas se muestra sorprendida por la percepción tan diferente que ha despertado "Ceniza roja": "Me han dicho que si son poemas, epigramas, si una narración corta, una novela fragmentaria, y eso es una riqueza".

Cuando Venegas escribió el diario sabía que quería ser escritora y tenía una gran influencia de los poetas que leía en ese momento, comentó. Y ahora piensa que, tras la experiencia de la escritura del diario, había "la búsqueda de una sintaxis del dolor".

Veinte años después de recuperar ese pasado, Venegas ha tomado conciencia de que no tiene recuerdos de cómo lo redactó, pero "la memoria funciona muchas veces como un mecanismo de defensa".

Ver publicado ahora ese texto ha servido como "una reconciliación" con la vida y con esa época tan dura. "Más que una viuda, me sentí como una amante abandonada".

Del análisis con perspectiva, Venegas piensa que en su obra literaria posterior "ha permanecido ese estilo fragmentario, que no busca las convenciones".

En el tiempo que dura el diario, nueve meses, parece como que se gestó una nueva identidad, "la nueva vida que se tiene que asumir, porque no se puede ser un doliente perpetuo".