Alejandro Davidovich se retira de Toronto con calambres en las piernas
El español Alejandro Davidovich (19) se tuvo que retirar con problemas musculares al inicio del tercer set del partido de octavos que disputó este domingo con el ruso Andrey Rublev (11) en el torneo ATP 1000 de Toronto cuando el marcador señalaba un 6(3)-7, 7-6(2) y 3-0.
El jugador malagueño empezó a mostrar señales de calambres en sus piernas al inicio del tercer set y tras perder el tercer juego comunicó a su contrincante que no podía continuar el partido, disputado en la pista central del estadio Sobey de Toronto en condiciones de intenso calor y humedad.
Davidovich, que la semana pasada llegó a la final del ATP 500 de Washington, estuvo en dos ocasiones a dos puntos de ganar el partido en el segundo set.
Pero en un partido muy igualado, hasta en el número e intensidad de explosiones de descontento que los dos jugadores expresaron, ni Rublev ni Davidovich fueron capaces de romper el servicio de su contrincante en los dos primeros sets.
En el primer 'tie-break' fue Davidovich el que mantuvo la cabeza más fría para hacerse con el set inicial.
En el segundo set, los nervios empezaron a aflorar. En el noveno juego con Davidovich al servicio y tras pasar de un 40-0 a un 40-40, el jugador español frustrado gritó a su entrenador, Fernando Verdasco: "¿qué hago?".
Verdasco le pidió calma a su jugador y Davidovich pudo conservar su saque y adelantarse 5-4. En el siguiente juego, Davidovich se colocó primero 0-30, a dos puntos de ganar el partido, y posteriormente 40-40.
Pero Rublev mantuvo la calma e igualó 5-5. En el 'tie-break', la frustración de Davidovich fue en aumento tras perder hasta en tres ocasiones su servicio, lo que permitió al jugador ruso ganar el segundo set e igualar el partido.
Tras una breve pausa en la que Davidovich se retiró al vestuario, el partido se reinició con el tercer set. Pero ya era evidente que el malagueño sufría problemas físicos. En el segundo juego, se arrodilló y miró a su entrenador poco antes de perder su servicio. Poco después, tuvo que claudicar ante los calambres que sufría en sus piernas. EFE
cmb