EFE
Madrid.- En el año 2002 Senegal protagonizó una de las sorpresas más grandes en la historia reciente de las Copas del Mundo de futbol cuando en el partido inaugural de la edición celebrada en Corea y Japón se impuso por 1-0 a la por entonces campeona, Francia, gracias a un gol de Papa Bouba Diop.
Ese día muchos aficionados descubrían futbolísticamente a un país que por entonces debutaba en la cita y que estuvo muy cerca de hacer historia como el primer africano en alcanzar las semifinales. Turquía, con un gol de Ilhan Mansiz en la prórroga, lo impidió.
Aquel combinado senegalés fue una mecha de ilusión que se apagó antes de explotar. Lo conseguido ahí no tuvo continuidad en el tiempo y el combinado terminó diluyéndose entre la competencia atroz de los muchos países que pelean por las pocas plazas con las que cuenta África.
Así fue hasta que en el 2018 se les volvieron a abrir las puertas de la gloria por las que ahora pasan de nuevo cuatro años después. De esta manera Senegal disputará por primera vez dos Copas del Mundo consecutivas y en esta ocasión lo hace pidiendo a gritos ser tenida en cuenta.
Argumentos tiene para ello, el principal Sadio Mané. El que ha sido uno de los referentes del gran Liverpool de Jürgen Klopp (ahora en las filas del Bayern Múnich) abandera una selección en la que hay otros nombres que destacan en las grandes ligas.
Es el caso de Édouard Mendy, portero del Chelsea. También el de Kalidou Koulibaly, puntal defensivo del Nápoles ahora traspasado al Chelsea. O el de Idrissa Gueye, centrocampista del poderoso París Saint-Germain. Un elenco notable al que se suman entre otros Nampalys Mendy (Leicester City), Cheikhou Kouyaté (Nottinghan Forest), Keita Baldé (Cagliari) o Ismaïla Sarr (Watford).
Esa gran mezcla de talento unida al buen hacer en el banquillo de Aliou Cissé, capitán de Senegal en la histórica victoria contra Francia de 2002, les ha permitido conquistar la última edición de la Copa África y ser finalistas en la anterior.
También dejar por el camino en la fase de clasificación para el Mundial a Egipto después de ceder únicamente dos puntos en el grupo previo a esa eliminatoria donde coincidieron con Togo, Namibia y Congo.
Son resultados sin duda muy meritorios que les convierten en un rival peligroso para todos aquellos que deban cruzarse en su camino. Países Bajos, la anfitriona Qatar y Ecuador serán los primeros en hacerlo dentro de un grupo muy abierto donde tienen opciones de clasificarse. Y a partir de ahí, queda soñar con concluir aquella gesta que quedó pendiente hace veinte años.
