Con la misma roca del viejo y nuevo PRI

"Si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato".

Por Omar González 

Bien dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero el dicho no sólo aplica de manera individual, sino también en conjunto... A un grupo social, a una comunidad, incluso a un país. Sí, nuestro amado México, todo parece indicar, que se encontró de nuevo con la dura y mañosa roca del nuevo y viejo PRI, con otra piel, pero con la misma sed de poder, autoritarismo y servilismo político. 

Hartos de más de 70 años de canibalismo de servidores públicos corruptos, en el 2000 los mexicanos sucumbieron al canto de las sirenas que Acción Nacional promocionó, dio cara y cuerpo con un personaje carismático. Y con su “hoy, hoy, hoy”, Vicente Fox Quesada, sepultaba la última chance del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y de la izquierda, en ese entonces, de llegar a la Presidencia. Fox era el estandarte del parteaguas de la democracia mexicana y fue la primera  esperanza de un cambio.  

Contrario a esto, su gobierno será recordado como una extraña caricatura donde se presentaron hechos realmente increíbles como la primera fuga del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán del penal de Puente Grande Jalisco, el 19 de enero de 2001. Al político guanajuatense también le “cancelaron” un aeropuerto en San Salvador Atenco y fue balconeado a nivel internacional por el entonces mandatario cubano Fidel Castro y llamado por el venezolano Hugo Chávez: “cachorro del imperio”.  Fue criticado por sus opositores de ceder a presiones de Estados Unidos al vetar la Ley de Combate a las Drogas que él mismo había impulsado. Terminó su sexenio y los mexicanos seguíamos esperando el tan ansiado cambio. 

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En las controvertidas elecciones de 2006, el PAN vuelve a “ganar” la oportunidad de gobernar, ahora en las manos de Felipe Calderón Hinojosa, estaba el acallar el descontento de un pueblo, dividido por los comicios, donde ya aparecía con fuerza Andrés Manuel López Obrador y con el reclamo de “fraude electoral”. El sello del sexenio calderonista fue la “guerra contra el narcotráfico” que dejó más de 103 mil muertos. 

Llegó el 2012 con una sociedad asqueada por el índice de violencia en el país, pero con la disyuntiva de votar por un partido inoperante en 12 años (PAN) o por el régimen de corruptelas, compadrazgos, caciques y servilismo de antes (PRI) y con una tercera variante, la “izquierda”, por un López Obrador, candidato del PRD, lleno de promesas e ideales. Pues sí señores, volvió el PRI al poder, en otra elección llena de irregularidades. El niño bonito, el que sacaba suspiros a más de dos señoras, Enrique Peña Nieto se sentó en Los Pinos, la historia ya la saben... Corrupción, inseguridad e impunidad se llevaron el premio de estos seis años.  

De nuevo el canto de las sirenas estremeció a los mexicanos. “La esperanza por México” y “La Cuarta Transformación” los estandartes del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, prometían que cortarían de tajo con las malas prácticas y vicios del pasado. Otra vez un pueblo #hastalamadre de los gobiernos que habían ostentado el poder, se dispuso a apostar por esta alternativa... Y ¿qué creen? 

Desde el 1 de septiembre que asumieron su cargo los legisladores en el Congreso de la Unión, la bancada de Morena -mayoría en Cámara de Diputados y Senadores- se ha encargado de avalar todas y cada una de las iniciativas hasta ahora discutidas y que fueron parte de las promesas del ahora presidente electo... Servilismo político y autoritarismo al más puro estilo de lo que siempre criticaron... el PRI.  

A nuestros diputados morenistas no les importa, no lo esconden, lo gritan a los cuatro vientos: “Es un honor estar con Obrador”. 

Seguiremos esperando el cambio. A partir del 1 de diciembre, AMLO deberá buscar no desilusionar a quienes pusieron en él toda su confianza, su partido en dos meses y medio ha dado señales contrarias que, lamentablemente, me llevan a pensar en un panorama donde “el pueblo manda sólo cuando yo quiero que así sea”. 

 

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