Domina incertidumbre a estudiantes del TEC CCM

Por: Hugo Hernández

@DDMexico

A  un mes de aquel martes 19 de septiembre la vida en la Ciudad de México se transformó, pero en particular en el Sur de la urbe las cosas cambiaron. Las grandes torres de la Unidad Habitacional de Miramontes fueron testigo de esa alteración. 


El alboroto generado por la concentración de la actividad comercial y por la proliferación de escuelas y colegios en la zona se paralizó y aún continúa en shock.


El río de automóviles circulando por Avenida Canal de Miramontes se convirtió en un torrente de personas caminando. Gente desesperada por llegar a sus destinos, por ver a sus seres queridos, sin pensar que el Sur se había transformado. 


El emblemático centro comercial Galerías Coapa perdió su vitalidad. Los puentes que unían al estacionamiento con la plaza quedaron en ruinas. La fachada adquirió una vista propia de una ciudad en guerra. A un mes del sismo, sólo una barda de madera y lonas alcanzan a cubrir la vista para evitar los ojos impávidos de quienes frecuentan el lugar.


En los edificios del conjunto habitacional Los Girasoles; tanto en la calle Rancho del Arco como en Av. Miramontes, a un mes del sismo se mantiene acordonada y la resguarda un grupo de policías para que sus habitantes, o quienes intenten ingresar no lo hagan, “por seguridad”.


Pero no sólo esos edificios sufrieron los estragos del sismo. Las colonias aledañas al Colegio Enrique Rébsamen, cuatro semanas después de ese día martes, siguen desocupados y la incertidumbre de sus habitantes y propietarios cada día que pasa es mayor.

El futuro es incierto para familias enteras. Los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México (CCM), también fueron vulnerados. La fragilidad de la estructura y el prestigio de la institución, para muchos, fue resquebrajado. Cinco vidas se perdieron al interior del colegio.

Para Camila su vida está en pausa. Estudiaba la carrera de Derecho en sexto semestre. El 19 de septiembre descubrió que su alma mater era vulnerable. ‘Acciones por México’ y ‘Embajadores’ tatuaron su vida en el campus.


Horas enteras dedicaba a promover y organizar a la comunidad estudiantil. Pero a partir del semestre pasado ya había comenzado su servicio social. “Afortunadamente ese día no estaba en el TEC, estaba trabajando por qué si no…, pero cuando me enteré de lo que había pasado no lo podía creer”, cuenta Camila.

Con voz entrecortada, la estudiante del TEC CCM recuerda a sus compañeros y la vida al interior del colegio. Nunca más volverá a ser igual. La confianza se derrumbó como los tres puentes que cayeron hace cuatro semanas al interior de su escuela y atraparon a cinco estudiantes.


“Ahora me he puesto a reflexionar. Creo que todo era un espejismo, pero fueron años maravillosos de mi vida con mis compañeros, amigos que nunca dejaré de ver. Cierto que todo ha cambiado y que muchos de nosotros no tenemos claro nuestro futuro”, expresó.

A un mes de la catástrofe, para algunos estudiantes como Camila hay una gran incertidumbre de lo que harán con su vida académica. “Tal vez el TEC no es la mejor escuela, no sólo por lo que sucedió sino además las autoridades no han actuado correctamente desde el principio. No dieron la cara y nuestros padres están muy molestos. Yo estoy decepcionada. Todo parece una pesadilla”, asegura.


La molestia de padres y comunidad estudiantil es cada vez mayor, pero algunos han tenido que aceptar trasladarse hasta el Campus Estado de México para ahí recibir las instrucciones de lo que será la continuación del semestre con clases virtuales y a distancia, a través de una plataforma digital de nombre “Zoom” y el “Modelo Híbrido Flexible”.


“Posteriormente se pretende tener aulas móviles e instalar algunos salones de clase en Disney, el espacio deportivo del campus CCM, pero la verdad es que bajo esa dinámica no estoy segura si vaya a continuar. Mis papás no quieren y lo vamos a analizar para decidir lo antes posible. Hay muchas opciones para esa carrera, pero me duele dejar mi escuela y a mis compañeros…no sé qué voy a hacer”, puntualizó.

Por lo pronto, a cuatro semanas de la amarga experiencia lo único que pueden decir las autoridades es que el Tecnológico de Monterrey “manifestó formalmente a la PGJ su total disposición de colaborar en las investigaciones que se llevan a cabo, en relación con lo ocurrido en sus instalaciones tras el sismo del 19 de septiembre”.

Karina Romero R., Gerente de Comunicación de Marca del Tecnológico de Monterrey, manifestó que “en este momento se está recopilando toda la información documental que las autoridades requieren para realizar las investigaciones y al mismo tiempo se está evaluando el estado actual de las instalaciones del Campus Ciudad de México”. “Una vez que termine el proceso de análisis, daremos a conocer los resultados”, concluyó.