Por José Luis Rivera | @jlgoooya
Inglaterra.- Los clubes británicos culminan su dominio con una explosiva final de Champions League en Madrid.
Con un equipo primerizo como el Tottenham, que jugará su primera final europea, contra un experimentado Liverpool, que llega con la etiqueta de favorito, se jugará la final de la Champions League.
El batallón británico conformado por una brigada de Londres y otra de Liverpool, tendrá como escenario para el enfrentamiento el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
La Premier League metió a cuatro equipos a las dos finales del Viejo Continente, para dar un golpe de autoridad sobre el poder de su futbol, que tuvo en la disputa por los títulos a un club diferente al campeón de la temporada: el Manchester City de Pep Guardiola.
A media semana, Chelsea se coronó en la Europa League con una goleada sobre Arsenal y este sábado, Tottenham y Liverpool sostendrán un duelo que tiene el compromiso de enaltecer el país donde nació el deporte, para ello, el único compromiso es jugar a la pelota, proponer el juego y dejar a un lado las especulaciones.
Se espera que sea una tormenta de llegadas en ambas porterías, los estilos de los técnicos así lo demandan, por un lado, Mauricio Pochettino hace que sus equipos jueguen con intensidad y dinamismo, tiene jugadores para llevar a cabo su plan, recuperará a Harry Kane, contará con el coreano Heung-Min Son, Dele Alli, Christian Eriksen y Lucas Moura, el héroe del triplete en la semifinal.
Por los Reds, el planteamiento de Jürgen Klopp es famoso por su explosividad, con jugadores entrenados para llegar al área rival con latigazos guiados por su tridente ofensivo conformado por Mohamed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino, quien se recuperó y estará listo para ayudar a los ‘Reds’ a conseguir la ‘Orejona’.
Liverpool llega con hambre de revancha tras perder en 2018 el duelo por el título contra Real Madrid, pero en especial hay un jugador que busca aprovechar la oportunidad y es el egipcio Salah, quien abandonó el encuentro por una lesión en el hombro provocada por Sergio Ramos.
