En Venezuela, habitantes buscan agua y alimentos ante apagón

 

Tras una noche de choques entre manifestantes y los cuerpos de seguridad y un apagón nacional que suma más de 66 horas en muchas regiones, la capital venezolana amaneció el domingo con restos quemados de improvisadas barricadas en las principales avenidas.

Los pobladores intentan abastecerse de agua y alimentos realizando largos recorridos por la ciudad, esperanzados en conseguir algún comercio con sus puertas abiertas, mientras algunos hospitales se ven obligados a tratar a pacientes sin electricidad.

Venezuela enfrenta desde la tarde del jueves el peor apagón de su historia que el presidente venezolano Nicolás Maduro atribuye a cinco ataques eléctricos, cibernéticos y “electromagnéticos”, supuestamente orquestados por Estados Unidos.

El apagón afectó el complejo hidroeléctrico del Guri, que genera más del 60% de la electricidad que se consume en el país. El gobernante denunció que se trató de un “ataque” que busca bloquear la recuperación de la energía en todo el país para desestabilizar su gobierno y justificar su derrocamiento.

Varios hospitales han atendido a sus pacientes con la ayuda de generadores, pero muchos han tenido que operar sin luz. El gobierno venezolano no ha comentado sobre el impacto de los apagones en los centros hospitalarios, pero sus adversarios reportan al menos 17 fallecidos relacionados con el corte de energía.

El líder opositor Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional que el 23 de enero se declaró mandatario interino en desafío a Maduro y es reconocido por unos cincuenta países, indicó asociado al apagón en los hospitales “hay 17 muertos confirmados, 15 de ellos en Maturín”, capital del estado oriental de Monagas.

El líder opositor resaltó que podrían ser muchos más los fallecidos, de acuerdo con informes extraoficiales.

Guaidó dijo que era muy difícil evaluar el impacto de los cortes de energía en los enfermos debido a la opacidad informativa que caracteriza al gobierno.

“La cifra es muy imprecisa en este momento”, acotó Guaidó, citando los obstáculos contra legisladores, activistas de derechos humanos y equipos periodísticos que tratan de recopilar información en los hospitales.

Guaidó también adelantó que en una sesión de emergencia convocada para el lunes se evaluará la posibilidad de “decretar estado de alarma nacional” para atender la emergencia que se vive en el país, sin dar detalles.

Los problemas de abastecimiento también se profundizan con el paso de las horas.

“Esta mañana salí a aventurar, apenas me dijeron que llegó la luz esta mañana en el este (de Caracas) salí a ver si podía comprar agua, comida; pero llevo dos horas dando vueltas y la mayoría (de los comercios) no abrieron y los pocos que abrieron solo aceptan efectivo o dólares, que no tengo”, dijo Alexis Reynoso, un obrero de 46 años, resaltando que los bancos sólo permiten retiros menores a 1.000 bolívares en efectivo cuando un galón de agua cuesta más de 10.000 bolívares. Los puntos para tarjetas de débito y de crédito no funcionan por el apagón.

Varios sectores de la capital y otros 22 estados del país, cerca del mediodía del domingo, aún se mantenían sin luz. La falla además afectó el suministro de agua y provocó cortes en internet e incluso en los servicios de telefonía fija que habitualmente siguen operativos luego de los cortes eléctricos.

El líder opositor responsabilizó a los gobiernos socialistas del ahora fallecido presidente Hugo Chávez y Maduro, su sucesor. El apagón se debe a que por casi dos décadas las autoridades “se robaron el dinero de la generación eléctrica”. Los críticos del gobierno afirman que las autoridades mienten sobre la causa del apagón.

“A los usurpadores”, como Guaidó llama a los oficialistas, “se les acabaron las excusas y ahora apelan a decir que fue un ataque cibernético”. “Es inverosímil la versión del hackeo de un sistema analógico”.

“Hoy Maduro no protege a nadie producto de la corrupción, la miseria”, dijo Guaidó.

La crisis eléctrica en Venezuela se ha agudizado desde el 2010 debido a problemas de mantenimiento y la carencia de una inversión transparente y oportuna.

Renee Martínez, una ama de casa de 31 años, afirmó que pasó “una noche de terror” el sábado debido los enfrentamientos entre policías y vecinos que protestaban luego de más de dos días sin luz en una céntrica barriada de Caracas. “Lanzaron perdigones y bombas hasta el cansancio”, dijo Martínez, quien relató que para colmo su niña de 6 años tenía “fiebre y diarrea y no pude ir a una farmacia por el apagón”.

“Si yo pudiera agarraría lo poco que tengo y me iría del país. Esto es insoportable, aquí hay escasez de todo y ahora también de luz”, agregó.

Venezuela está sumida en esa severa crisis económica signada por la escasez de productos básicos como alimentos y medicinas, una inflación de siete dígitos y su economía se ha reducido más de la mitad desde 2013, de acuerdo con cifras del FMI. La crisis también ha provocado que por lo menos tres millones de venezolanos huyeran del país, según Naciones Unidas.