Akil Ammar: El hip hop salvó mi vida
Por Carlos Meraz
Está vivo, primero, gracias a Michael Jordan, de los Chicago Bulls, pues por él se aficionó al basquetbol, donde descubrió el leitmotiv de su existencia... el mundo del rap, a través de la cultura del hip hop, que hizo que la vida del adolescente Jonathan Rojas cambiara radicalmente, de ser otro vago más en potencia, destinado a la cárcel o ser ejecutado, a convertirse en un exponente de la oratoria rítmica afroamericana. Un ser que usa la razón y a la vez es arquitecto de ideas, lo que significa su nombre artístico de origen árabe: Akil Ammar.
“Primero me llamé JR, por las iniciales de mi nombre, pero terminaron diciéndome Junior, lo cuál no me agradó y obviamente lo cambié por uno que me gustara fonéticamente.
“Nunca me pasó por la cabeza vivir de esto. Quería ser piloto, pero dejé la escuela y me volví un vago de mi barrio, la Obrera, hasta que la música me rescató y no me canso de decirlo: El hip hop me salvó la vida.
”A los 15 años de edad, a través de un amigo, que me enseñó a escribir, a estructurar y a medir los tiempos, me volví MC (maestro de ceremonias) y posteriormente empecé a grabar mis tapes y luego los CD’s, para pasar a lo digital, con el internet, y ahora a las redes sociales”, advirtió.
CON EL RAP EN LA PIEL
A sus 41 años, Akil Ammar promociona Sobrevivir y Complicidad, los dos singles de avanzada de su sexto y próximo álbum, producido por Diego Solórzano, del grupo de rock Rey Pila, que presentará en directo el próximo 15 de agosto en el Lunario, del Auditorio Nacional.
“Sacaré un sencillo por mes, pronto lanzaré el tercero, Diablo, sobre tu demonio interior.
“El anterior, Sobrevivir, está inspirado en el ‘triángulo dorado de la Ciudad de México’: la colonia Obrera, la Doctores y la Buenos Aires, como dice la canción: Aquí nací, aquí crecí, se que voy a morir pero jamas lejos de aquí”, afirmó.
Su actual sencillo Complicidad versa sobre la adrenalina de la primera cita amorosa, con la atracción física que trasciende a lo mental.
Mientras que público considera icónicos sus temas Mi barrio y Policías en helicóptero, él prefiere Debajo de mi piel, de su cuarto disco Postdata.
Con un sonido que coquetea con el reggae, jazz y funk, definió su estilo de composición como un “cronista urbano sarcástico, punzante, políticamente incorrecto y sincero. Como dice mi tema Requiem: Periódico de las aceras... Como Lennon imagino, dirigo mi locura como Tarantino”, concluyó.