Antonio Sánchez: Nado libre en el océano, en 'Shift (Bad Hombre Vol. II)'

Foto: Cortesía Fernando Aceves

 

Por Carlos Meraz

El célebre hijo de Autlán de Navarro, Jalisco, el legendario guitarrista Carlos Santana, sentenció: “El rock es una piscina, el jazz es todo un océano”. La acuática metáfora es compartida por el respetado baterista mexicano Antonio Sánchez, un multinstrumentista para el que la música es un mar de infinitas posibilidades que él recorre a nado libre.  

El ganador de cuatro estatuillas Grammy —tres compartidas con el reconocido jazzista Pat Metheny y una a la Mejor Banda Sonora para Medios Visuales por Birdman, película de Alejandro González Iñárritu que le dio el reconocimiento del gremio, más no del Oscar al no excluirla de sus nominaciones— es un amante del jazz, al grado que se decantó por el único instrumento inventado por este género: la batería, que, según los eruditos, es una estilización del “hombre-orquesta” de los circos y las calles.

El también nieto del último bastión masculino de la Época de Oro del cine mexicano, el primer actor Ignacio López Tarso, quien como “maestro de ceremonias” da la bienvenida y despide su nuevo álbum con una locución, estrenó su séptimo disco en solitario el pasado 26 de agosto, bajo el título de Shift (Bad Hombre Vol. II).

“El jazz es un océano, pero también la música lo es. Este proyecto se remonta a mi álbum Bad Hombre de 2017, titulo tomado de la terrible frase de Donald Trump acerca d elos mexicanos y hacer algo bueno, positivo y musical, Bad Hombre se ha vuelto mi álter ego que me permite hacer cualquier locura musical. El primero fue más experimental y con la experiencia ahora soy más conceptualista, ingeniero y productor.

“El jazz para mí ahora representa libertad total, me ha dado las herramientas rítmicas, armónicas, melódicas y conceptuales, y además la sutileza y delicadez que te puede proveer el jazz, eso lo aplico al rock, pop y hip hop para que no suena a nada de eso.

“Tengo influencias de niño por mi madre Susana que escuchaba a The Beatles, The Rolling Stones, Jimi Hendrix, The Who, Led Zeppelin o Janis Joplin, que me influyeron, y aunque empecé a tocar jazz nunca dejé de escuchar rock, y este disco es regresar a las raíces de mi infancia, pero desde la experiencia del jazz”, explicó.

EL CORAZÓN DE LA MÚSICA

Antonio Sánchez sabe que la música late al ritmo de las percusiones, como el corazón en la cotidianidad, pero aún así se impuso el reto de ejecutar todos los instrumentos en la grabación de Shift (Bad Hombre Vol. II), tales como guitarra, bajo, mandolina y laúd, entre otros, quizá para hacer el álbum más personal de su discografía, con composición y producción de su manufactura.

De su ecléctica obra —donde navega por el rock, hip-hop, pop o música electrónica sin perder su esencia jazzística— se desprenden tres sencillos: la nueva canción original I Think We’re Past That Now, con los miembros del Salón de la Fama del Rock & Roll y dos veces ganadores del Premio de la Academia, Trent Reznor y Atticus Ross; Mi Palabra, en colaboración con la rapera chilena Ana Tijoux, y Supended Animation, junto a Kimbra.

Shift (Bad Hombre Vol. II) se complementa con colaboraciones de artista del calibre de Dave Matthews, Rodrigo y Gabriela, Meshell Ndejeocello, Lila Downs, Becca Stevens, Silvana Estrada, Maro y su esposa, la cantante estadounidense Thana Alexa.

“No soy un cantautor, por ahora. Así que le pedí a mis artistas favoritos que me proporcionaran una canción con su propia voz y que me dejaran reimaginarla, algo así como pedirles un bebé y que me dejaran hacerle cirugía plástica y, por suerte, a todos les gustó. Incluso a Trent Reznor le gustó tanto que hasta me dio crédito en la canción como coautor, al igual que Dave Matthews... Al final, soy el menos famoso de todo el disco”, advirtió.

BOMBO Y PLATILLO

A golpe de redobles y secciones rítmicas, la polirritmia de Antonio Sánchez alcanzó notoriedad al quedar plasmada como la banda sonora de Birdman, la multipremiada cinta por la Academia de Hollywood.

Tras la reciente experiencia de encargarse del soundtrack de la serie de HBO Max The Anarchists, durante la pandemia hizo la banda sonora de Harami, un filme próximo a estrenarse.

“En la música todo sirve, menos el reguetón… Está mal hecho y no aporta nada a la humanidad.

“En cine me encantaría trabajar con Guillermo del Toro o Alfonso Cuarón, hay una gran cantidad de talento mexicano.

“Al final sólo soy un chavo de Coyoacán, que creció en Tlalpan, que le ha echado muchas ganas a su trabajo. Al que Birdman lo puso en otro nivel, gracias a la influencia de Pat Metheny, a escuchar rock y a la pandemia, pues sin ella no se hubiera gestado este proyecto”, concluyó.

Cortesía Fernando Aceves