Charlotte Gainsbourg y Jane Birkin, confidencias madre e hija ante la cámara

Foto: EFE

EFE

CANNES.- Charlotte Gainsbourg y Jane Birkin ofrecen un inédito acceso a su relación madre e hija en "Jane par Charlotte", un documental que para la primera es su estreno detrás de la cámara, pero también un regalo que asegura haberse hecho a sí misma.

La también cantante y actriz, hija del icono de la "chanson" francesa Serge Gainsbourg, encumbrado en todo el mundo por temas como "Je t'aime moi non plus", le hace a Birkin una declaración de amor que la timidez de una y otra había impedido hasta entonces.

Ese pudor se rompe paradójicamente en el rodaje, en el que sus respectivas confidencias y conversaciones, en las que también participa la hija pequeña de Charlotte, van acompañadas de imágenes familiares de archivo.

Cuando conoció a Serge Gainsbourg, Birkin (Londres, 1946) tenía 21 años, una hija con el compositor John Barry (Kate) y un atractivo que no pasó desapercibido para el artista, que acababa de separarse de Brigitte Bardot.

Con este documental, presentado en la nueva sección Cannes Première del certamen cinematográfico, que celebra su 74 edición del 6 al 17 de julio, Charlotte buscaba respuestas.

"Sentí que no se comportaba igual conmigo que con mis otras hermanas, y ese fue el punto de partida. Ahora lo he aceptado porque he entendido que todos somos diferentes, que no significaba que no me quisiera", señala en Cannes en un reducido encuentro con prensa extranjera, incluida Efe.

Birkin, modelo y cantante, se presta al juego con generosidad, aunque después de las primeras imágenes que se tomaron, en un concierto suyo en Japón, el proyecto estuvo parado años porque no le gustó la imagen que transmitía.

Una segunda revisión al material grabado pasado el tiempo, con la que se dio cuenta de que había sido demasiado dura consigo misma, reanudó el rodaje, en el que unas veces Gainsbourg (Londres, 1971) ejerce solo de directora y otras aparece también en pantalla.

Mostrar su intimidad de esta forma es, asegura, un gran paso adelante, después de que la fama de sus progenitores la hiciera sentir durante gran parte de su vida en cierto segundo plano.

ORGULLO Y PESO FAMILIAR

"En Francia tenía la impresión de que los periodistas solo se interesaban en mi historia familiar, no en mis películas, y por otra parte, como nunca pensé que fuese una actriz de verdad, no tenía mucho que decir de mi trabajo", señala.

Mudarse a Nueva York de forma temporal le permitió experimentar el anonimato: "Fui capaz de grabar un álbum, de tomar fotografías, de hacer vídeos... Fue una manera de tener mi propia voz por primera vez".

Gainsbourg, madre de tres hijos con el también actor y cineasta Yvan Attal y conocida por películas como "Melancholia" ("Melancolía") o "Nymphomaniac", de Lars von Trier, se reconcilió a partir de ese momento con sus orígenes y ahora, más que aceptarlos, los reivindica.

En ese proceso se enmarca también la transformación en museo de la casa parisina en la que su padre vivió durante veintidós años, de 1969 a 1991, que se ha mantenido intacta y que espera poder abrir al público a finales de este año.

Con Birkin habla de las relaciones amorosas de esta última, de su duelo por la muerte de Kate o del cáncer que ha padecido y que la obliga todavía a cuidarse. "Quería que fuera algo íntimo", dice sin haber sabido responder la pregunta de dónde debería establecer un límite.

Aunque el rodaje acercó a madre e hija, la relación entre ambas ha vuelto posteriormente a su antiguo ser, con un pudor no exento de cariño.

"En nuestra familia no es fácil decirse te quiero. Yo se lo digo a mis hijos porque quiero que sea muy obvio, porque no recibí eso de mis padres, no fueron criados así, y quería hacer eso diferente, aunque al final acaba siendo lo mismo", concluye Gainsbourg.

cmd