Chico Che Chico honra el legado de su padre con su quinto EP y una fusión sin fronteras

Chico Che Chico

Gibran C.G.

Ciudad de México.- Con un overol, una sonrisa franca y cargado de instrumentos, Chico Che Chico continúa el legado de su padre, pero con un toque propio que celebra la fusión musical y el ritmo para bailar. “Estamos muy contentos de compartir con toda la gente esto que sería ya la quinta producción para nosotros”.

El artista tabasqueño marca un nuevo capítulo en su carrera con esta quinta producción, en la que por primera vez incursiona con temas inéditos. “En esta aventura ya empezamos a meter música inédita”, destaca, con la firme intención de sumar “un toque personal” al homenaje que rinde al legado de Chico Ché, quien dejó más de 40 discos en la historia musical de México.

Una fusión que derriba géneros
Si algo define a Chico Che Chico es su espíritu de fusión: “A mí esto de los géneros me parece para los estudiosos de la música, porque en realidad es una fusión. Chico Ché siempre fue una fusión”. Heredero del estilo de su padre, combina percusiones latinas, guitarras de rock, teclados y el saxofón que aporta “ese punto tropical” que convierte cada canción en una invitación a la pista de baile.

Su propuesta también es intergeneracional. “La gente tanto en la música grabada como en los festivales acepta que haya esta fusión de estilos”, afirma. Para él, la música de su proyecto es “música para toda la familia”, que se comparte entre abuelos, padres e hijos, manteniendo viva la energía y alegría que caracterizó al icónico músico tabasqueño.

Un disco lleno de colaboraciones
Este quinto material destaca por su variedad de colaboraciones, algo que considera clave para conectar con nuevas audiencias: “Yo creo que ahora esto es una de las formas en las cuales el público que no te sigue a ti, que es de otro artista, conoce tu propuesta”. Entre los colaboradores están La Casetera, Los Socios del Ritmo —con quienes planea una gira internacional—, Los Hooligans, El Super Show de los Vázquez, Los Sembradores, así como figuras del regional mexicano como Cuitla Vega y El Bebeto.

“Este álbum está muy variado, tiene colaboraciones nuevas, vienen grandes artistas”, subraya, orgulloso de la apertura que el público ha mostrado hacia esta propuesta fresca que, a la vez, respeta las raíces de la música popular mexicana.

Un homenaje que se transforma en propuesta
Aunque de niño no dimensionaba el peso del legado de Chico Ché, crecer entre instrumentos despertó en él una inquietud que con los años se convirtió en vocación. “La única peculiaridad que tiene esto es que es su familia la que está haciendo este homenaje y me toca a mí que me dedico a la música”, explica.

Ha trabajado con Chucho Rincón, productor de toda la discografía de su padre, y su hijo Fabián, pero deja claro que no busca ser una copia: “En ningún momento se trata de competir o de ser él. Siempre tuve esa idea de decir: ‘Él ya murió, vamos a hacer una propuesta de lo que yo haría con su música, con el overol y todo, pero a mi manera’”.

Antes de dedicarse de lleno a la música, Chico Che Chico también fue maestro de música para niños, etapa que, aunque representó “un gran reto”, recuerda con cariño. “Requiere paciencia y empatía”, afirma, reflejando el carácter cálido y cercano que lo distingue.

Música para bailar y reflexionar
Con este disco, Chico Che Chico aspira a ser un cronista de su tiempo. “Hay muchas cosas de qué hablar y yo creo que ese es el reto, ¿no? Tratar de abordar lo que está sucediendo en esta generación, en este tiempo, pero con mucha música, con alegría, porque claro, esta música es para bailar”.

Tras este lanzamiento, Chico Che Chico planea una gira internacional durante el verano, Para él, cada escenario, cada canción y cada acorde tienen un valor absoluto, porque para Chico Che Chico, la música no es un trabajo: es “la vida”.
 

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