Ciudad de México.- En un acto que ha generado indignación internacional, un joven de 22 años fue ejecutado públicamente en Corea del Norte por escuchar música K-pop, según reveló un reciente informe del Ministerio de Unificación de Corea del Sur sobre la situación de los derechos humanos en el país vecino. El incidente ocurrió en 2022 en la provincia de Hwanghae y destaca las extremas medidas de censura del régimen de Kim Jong-un.
El joven, cuya identidad no ha sido divulgada, fue descubierto escuchando más de 70 canciones y viendo películas surcoreanas. Las autoridades norcoreanas lo acusaron de traición y aplicaron la pena máxima. Este caso se suma a los más de 600 testimonios de exiliados norcoreanos recopilados por Corea del Sur, que describen un panorama de creciente represión y censura bajo el régimen autoritario de Kim Jong-un.
Desde la llegada al poder de Kim Jong-un en 2011, Corea del Norte ha intensificado su lucha contra la "influencia maligna" de Occidente. En 2020, el Congreso norcoreano aprobó una ley que prohíbe la difusión de material considerado de "ideologías y culturas reaccionarias". Esta legislación se ha utilizado para justificar severas medidas contra cualquier contenido extranjero, especialmente el proveniente de Corea del Sur.
El informe sobre derechos humanos también destacó las condiciones extremas y las amenazas constantes a las que están sometidos los ciudadanos norcoreanos. Un testigo que logró desertar comentó: "Después de ver dramas coreanos, muchos jóvenes se preguntan: ¿Por qué tenemos que vivir así? Preferiría morir antes que vivir en Corea del Sur [...] No podemos decir nada malo contra Kim Jong-un públicamente, pero entre amigos cercanos, amantes o familiares, sí decimos esas palabras."
En respuesta a las provocaciones de Corea del Norte, como el lanzamiento de globos con basura hacia el sur, Corea del Sur ha reactivado sus altavoces que emiten canciones de K-pop a lo largo de la frontera. Esta acción es parte de una estrategia más amplia para promocionar la cultura surcoreana y contrarrestar la propaganda del Norte.
La ejecución del joven por escuchar K-pop subraya la brutalidad del régimen norcoreano y su determinación de aislar a su población de cualquier influencia externa. La comunidad internacional continúa observando con preocupación las violaciones de derechos humanos en Corea del Norte y la situación crítica de sus ciudadanos.
