Erich encuentra en la música la sanación a su 'locura'

Por Aaron Cruz

Erich, cantautor independiente originario de Aguascalientes, ha construido una carrera musical basada en la honestidad, la introspección y el poder terapéutico del arte. Su propuesta de folk pop la caracterizan letras profundas y melodías envolventes que le permiten conectar emocionalmente con su audiencia. Erich concibe la música como una necesidad vital y un camino de sanación.

“Me acerqué a la música porque estoy loquito, tengo problemas y necesitaba expresarlos de alguna manera”, confiesa el artista con una mezcla de humor y franqueza que lo caracteriza. Para él, más que una elección, la música lo eligió. Desde los 15 años supo que ese era su camino, inspirado inicialmente por The Beatles y, más tarde, por artistas como Damien Rice y Ed Sheeran, cuyas influencias aún resuenan en sus composiciones.

Entre la tristeza y la alegría
Erich define su estilo como el de alguien que “hace canciones tristes que suenan felices”. Esa dualidad, donde conviven la melancolía y la comedia, se ha vuelto su sello distintivo. “La magia de Erich es la combinación de la comedia y la tristeza”, asegura, convencido de que ambas emociones pueden coexistir y ayudar a otros a sentirse comprendidos.

Aunque creció escuchando música en inglés, comenzó a escribir en español desde la secundaria, experimentando con bases prestadas hasta encontrar su voz. Hoy se presenta solo en el escenario, acompañado únicamente de su guitarra y un pedal de loops. “Es muy liberador no contar con músicos y estar uno solo en el escenario”, explica. “Eso me obliga a llenar todo el espacio con mi energía”.

El estudio como refugio emocional
Su disco ‘Donde Duele’, producido por Gerry Rosado, le ha ayudado a regresar a lo esencial: la guitarra y la voz. “Si una canción funciona con eso, ya está”, señala Erich, recordando cómo las tomas más honestas surgieron cuando el micrófono estaba abierto sin que él lo supiera.

Para Erich, este proceso ha sido una forma de crecimiento paralelo entre su arte y su vida personal. “He ido creciendo con las canciones, y la gente que me sigue ha ido creciendo conmigo. Es muy lindo como terapia”, dice. Y agrega: “A veces, simplemente si haces algo honesto y bueno, eso va a ser suficiente”.

 Conexión honesta en tiempos digitales

Pese al auge de sus canciones en redes sociales como TikTok —donde aprendió a promocionarse sin presupuesto, incluso bailando “de forma ridícula”— Erich es consciente de las trampas emocionales del mundo digital. “Se tiene que vender tanto, que cuando algo no sale bien, la caída emocional es muy fuerte”, admite. En una era donde “todo el mundo fuera un artista con un celular”, mantenerse genuino es un reto.

Por eso, los momentos de contacto real con su público son esenciales. “Necesito ver a la gente cara a cara para constatar que esto que está pasando es real”, afirma. El éxito de su sencillo ‘Igual no debo’, que se volvió viral en más de 15 países, es prueba de esa conexión emocional profunda. Curiosamente, fue una canción compuesta en un momento feliz —recién salido de terapia y enamorado— lo que impulsó su carrera. “Hay una ironía muy extraña en que esa canción haya sido la que explotó”, comenta. Pero le reconforta ver que muchos la usan como “una bandera de estar bien”, acompañando videos con hijos, mascotas y momentos felices. “Eso me hace pensar en lo fácil que puede ser feliz”, reflexiona.

La vulnerabilidad como motor creativo
Erich no esconde las veces que ha pensado en renunciar. Pero la respuesta del público, incluso desde países como Chile y España, le ha reafirmado el valor de seguir adelante. Sus letras, aunque disfrazadas de ternura, muchas veces surgen de experiencias duras. “Algunas canciones vienen de historias mucho más feas de lo que la gente sabe. Pero agradezco haber vivido eso porque me permite crecer y hacer más música”, dice con serenidad.

Convencido del poder sanador del arte, afirma: “Es imposible vivir sin la alegría del ritmo de las canciones que más se disfrutan”. Y su propósito es claro: que su música sirva como un refugio emocional para quienes la escuchen.

A los que sueñan con dedicarse a la música, Erich les deja un consejo sin pretensiones: “Practica mucho y haz muchas canciones. No pienses que la siguiente será tu éxito, solo hazla mejor que la anterior. Y cuando la tengas, promuévela. Si te partiste el alma para hacer algo que significa mucho para ti, no lo dejes congelarse. Haz que el mundo lo escuche”.


 

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