Guillermo del Toro: Entre la belleza y horror

Guillermo Del Toro Artesano Mexicano

Por Alejandro Ávila Peña

Ciudad de México.- Desde el ‘Fauno’, ‘Pinocho’, ‘Hellboy’, y más recientemente ‘Frankenstein’, Guillermo Del Toro ha confeccionado historias protagonizadas por estas atrocidades en donde, a través de ellas, podemos entender el horror y la belleza que hay en el ser humano y el mundo en el que habitamos. Toda esta inventiva fantasiosa emergió de un aficionado a la cultura geek del siglo pasada, de los cómics, del anime y del horror, un niño que desde muy temprano contempló a sus criaturas en el cuarto de su casa, y que con perseverancia y un arduo trabajo, los ha llevado a la pantalla grande. Este es Guillermo del Toro, el artesano del horror mexicano.

El niño que soñó despierto

Del Toro se ha desarrollado a lo largo de su vida como guionista, productor, director y autor. Nacido en Guadalajara, México el 9 de octubre 1964, comenzó a incursionar en el cine en su adolescencia de manera más formal cuando comenzó sus estudios en el Instituto de Ciencias en Guadalajara. 

Durante su infancia Guillermo tuvo su primer encuentro con lo sobrenatural pues, según relata, en una noche cuando descansaba en sus aposentos, tuvo un sueño lúcido, en donde se encontró con un ser que no provenía de este mundo, sino que, era más bien de otro reino. Aquel ser tenía atributos muy emparentados con la criatura fantástica del fauno, a lo cual el tapatío no reaccionó con temor, sino que de manera lista el infante le propuso un trato, si lo dejaba en paz aquella noche, él sería su amigo por el resto de su vida, y así fue.

A los 8 años el cineasta ya hacía una que otra grabación de sus relatos gracias a la cámara Super 8 que tenía su padre, siendo un fanático de obras como ‘El Monstruo de La Laguna Negra’, ‘Astro boy’ y la serie de robots gigantes ‘Tetsujin 28’ fue que, Del Toro, se aventuraría a crear historias con base a estas aficiones. 

Un artesano del horror y lo humano

Sus primeros cortos rodados en la década de los años 80, fueron ‘Doña Lupe’ (1985) y ‘Geometría’ (1987) las primeras obras que desarrolló y presentó, en las cuales evidenció su gusto por el terror sin dejar a un lado eventos cotidianos que ocurren el día a día.

Luego de un viaje que realizó a Nueva York en los 80 en donde compartió tiempo con el maquillador Dick Smith (‘El Exorcista’), Guillermo regresa a México y funda Necropia junto a Rigoberto Mora. Con Necropia colaboró con directores como Arturo Ripstein y Luis Estrada. De igual manera realizó participaciones en la televisión, como en ‘La Zona Marcada’.

Este gusto por el maquillaje y lo estético le han permitido construir desde pasadizos con humead, bosques tenebrosos, callejones infestados de monstruos, cloacas infecciosas y construcciones góticas imponentes, permitiendo que el público a la hora de ver sus películas, pueda sentir que habita en estos espacios oníricos y que cada criatura existe en verdad.

Los monstruos como reflejo de lo cotidiano

La condición humana, los deseos del corazón y la fragilidad del ser son elementos con los que el cineasta comenzó a direccionar las primeras historias que empezó a plasmar para la pantalla grande en la década de los 90; en ‘Cronos’ (1993) se remite al cuento del vampiro, pero lo dota de elementos que van desde la avaricia, la inmortalidad y la fragilidad humana.

En obras como ‘El Laberinto del Fauno’ (2006), el tapatío saca a relucir los momentos que han azotado al mundo a lo largo de su historia, usando como contexto la posguerra civil española, ahonda en las atrocidades de la guerra desde la mirada de la infancia, dando contraste claro en que el horror sucede en la realidad, mientras que lo bello y esperanzador radica en lo imaginario.

En ‘Pinocho’ (2022) teje un cuento clásico a través de la técnica del stop motion, en donde se adentra por interpretar lo que es la vida y en la muerte, dando una obra entrañable desde lo visual hasta lo narrativo.

En su película más reciente, ‘Frankenstein’ (2025), explora lo que es la paternidad, pero al igual que muchas de sus otras obras, expone que el monstruo no es aquello que está en el exterior, sino más bien es aquello que refleja las carencias con las que el ser humano cuenta.

Es así que, a través de su obra, Guillermo del Toro ha esculpido monstruos no con la intención de atemorizar, sino de hacer una reflexión de lo que es el ser humano y entender las atrocidades que hay dentro de nosotros. Con un extenso trabajo, Del Toro ha mostrado ser un artesano del horror, pero también, un interpreté de lo que nos hace ser humanos.
 

 

 

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