'La cabeza de Joaquín Murrieta': El indomable enemigo de EU

Foto: Prime Video

Por Carlos Meraz

Según la leyenda de la Inglaterra medieval, el personaje de Robin Hood, arquetipo del justiciero y forajido que robaba a ricos para dárselo a los pobres, tenía como una de sus máximas: “Levántate una y otra vez hasta que los corderos se conviertan en leones”. 

Ese espíritu indomable, que para los poderosos era la encarnación del peligroso bandolero y para los oprimidos del vengador social, también lo poseía un mítico mexicano del siglo XIX, que respondió al nombre de Joaquín Murrieta, cuyas hazañas en el Viejo Oeste son recreadas en este milenio por la productora colombiana Dynamo y Amazon Studios, en la serie mexicana La cabeza de Joaquín Murrieta, que se estrenó el pasado 17 de febrero en la plataforma Prime Video.

“En la frontera recién trazada entre México y Estados Unidos, una guerra sin cuartel se libra gracias a la fiebre del oro, alimentada por la avaricia, la ira y la xenofobia. Allí, en la nueva California, un grupo de inmigrantes, bandoleros y nativos unen fuerzas para crear el mito del Robin Hood latinoamericano: Joaquín Murrieta”, reza la sinopsis del western de ocho episodios.

“Está basada en hechos históricos con algunas licencias creativas. En la época de la fiebre del oro de California en 1851, la figura de un legendario sonorense, Joaquín Murrieta, recreado por Juan Manuel Bernal, puso en jaque a los rangers e inspiró al primer superhéroe latino, El Zorro”, explicó.

El serial es protagonizado por Juan Manuel Bernal, Alejandro Speitzer y Becky Zhu Wu, y ya está disponible en más de 240 países y territorios del orbe a través de Prime Video.

WESTERN A LA MEXICANA

Así como en la década de los 60, el género se revitalizó con el spaghetti western, en las películas hollywoodenses del director italiano Sergio Leone; hoy Emiliano Zurita confía en que con la hechura mexicana en La cabeza de Joaquín Murrieta se reactiven aquí las historias del Viejo Oeste.

“Se rodó en el rancho de John Wayne en Durango, con paisajes históricos de la sierra, y aborda temas que lastimosamente siguen vigentes entre ambos países vecinos, como el racismo, la xenofobia y el desprecio a las culturas nativas. Es la resistencia y el orgullo mexicanos contra el extranjero, opresor e invasor.

“Así es mi personaje Casey, un ranger detestable y segregacionista, que hace que los pueblos originarios incluso se sientan extranjeros en sus propias tierras”, concluyó.

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