'La Mujer del Diablo': Un amor secuestrado arranca este 18 de octubre

Foto: Vix+

 

Por Carlos Meraz

El escritor y psicólogo ítalo-colombiano Walter Riso sentenció: “Algunos matrimonios no son otra cosa que un secuestro amañado”. Pero cuando impera la imposición, a través de la violencia del captor hacia su víctima, la psicología lo denomina síndrome de Estocolmo para explicar ese extraño fenómeno en que el plagiado desarrolla vínculos afectivos hacia su secuestrador, como respuesta al trauma del cautiverio. Este mecanismo de defensa ante la forzada privación de la libertad es la génesis de la serie La Mujer del Diablo.

En la historia de la humanidad las peores injusticias se han cometido en nombre del amor y el drama criminal de TelevisaUnivision —que el servicio de streaming Vix+ estrena su segunda temporada de ocho episodios este 18 de octubre— no es la excepción, ya que los dos personajes (Cristo Beltrán y Natalia Vallejo, protagonizados por José Ron y Carolina Miranda) estaban enamorados, con la salvedad de que él lo estaba de ella, y ella de otro… su prometido que muere en circunstancias sospechosas.

“A veces el amor puede convertirse en una obsesión. Esa será la lucha que Natalia enfrentará durante la segunda temporada de La Mujer del Diablo. En la proximidad, Natalia aprenderá a convivir con Cristo: su secuestrador, el hombre que la apartó de su destino, pero también el hombre al que comienza a amar y desear de manera irrefrenable. Sin embargo, les será inevitable empezar a dudar de las intenciones ocultas del otro, en el universo lleno de secretos e intrigas que los rodean”, destaca su sinopsis.

DEL ODIO AL AMOR...

Paradójico resulta llamarse Cristo (José Ron), ser  conocido en la región como El Diablo y para rematar apellidarse Beltrán —en un (in)consciente guiño al tristemente célebre cártel sinaloense—. Así uno no puede, por más que se intente, pasar por bueno en su entorno por más labor social que se empeñe hacer y mucho menos ante la celeste mirada de su amada Natalia Vallejo (Carolina Miranda).

En una entrevista vía Zoom con los protagonistas de la historia original del venezolano Leonardo Padrón, el elenco adelantó detalles de la trama de un amor enfermizo y no correspondido, dispuesto a todo con tal de no asumir su derrota sentimental, y de una mujer que transita de víctima a convertirse en La Mujer del Diablo.

Natalia Vallejo es un personaje complejo, tridimensional y rico en emociones, que para hacerlo trabajé con un psicólogo para ahondar en el síndrome de Estocolmo. 

“En la primera temporada es linda y con ilusiones y le pasa de todo... ya en la segunda tras perdr a su prometido ya es más fuerte. Desde hace ocho años protagonizo a mujeres fuertes, guerreras y poderosas, es decirle a las mujeres que no se den por vencidas y que hay razones por las cuales pelear”, precisó. Miranda.

Mientras que Ron explicó las acciones de Cristo en la trama por su turbulento pasado, ya que proviene de una familia violenta y desde la perspectiva del personaje lo que siente y lo que hace por Natalia siempre es por amor.

“Es un ser humano con virtudes y defectos, obsesionado con Natalia. En la segunda temporada se destaca el por qué ella cae en ese síndome de la protección y el patriarcado. Creo que cualquier historia buena, como ésta, siempre da para una tercera temporada. 

“Ella vive un infierno y debe atreverse a ser valiente y llegar a mejores puertos”, advirtió Ron.

EL LUGARTENIENTE Y LA PERIODISTA

La Mujer del Diablo cuenta también con dos personajes claves dentro de la ficción: Jonás (Alejandro Calva) y Patricia Alcántara (Sofía Lama), que encarnan al lugarteniente de Cristo y a la periodista que investiga los turbios negocios del hampón protagónico.

“Soy el brazo intelectual, como un asesor político de Cristo, yo no me ensucio las manos de sangre, pues soy la mente perversa detrás de él, pues Jonás le es absolutamente leal, porque hay una deuda pendiente que tiene con él. 

Cristo se relaciona de una manera enferma con todos, no sabe hacerlo de manera saludable... Es capaz de llegar hasta donde sea por su objetivo, sin importar que sea legal o justo”, sentenció Calva.

Sobre su rol de reportera en La Mujer del Diablo, Lama destacó que ella se empeña en ventilar los crímenes de Cristo no sólo por justicia por la muerte del prometido de Natalia, quien además fue su novio en el pasado, sino por demostrar que es una suerte de “heroína sin capa”.

“En la realidad hay muchas historias similares a esta, de mujeres secuestradas en sus propias casas y hay que denunciarlas.

Villa Clara (el pueblo de ficción donde se desarrolla la trama) es nuestro México, donde el machismo está normalizado, aceptado y los hombres no se dan cuentta de ello”, concluyó Lama.