La vida en negro, de Carlos Ann

Foto: @carlosannoficial

Por Carlos Meraz

La diseñadora belga Ann Demeulemeester sentenció: “El negro no es triste. Los colores vivos son los que me deprimen. Están tan... vacíos. El negro es poético. ¿Cómo te imaginas a un poeta? ¿Con una chaqueta amarilla? Probablemente no”. Mientras que para la cultura occidental es considerado elegante también simboliza eventos fatídicos y nefastos, pero para el músico catalán Carlos Ann representa la ausencia, el poder y, sobre todo, el mejor título posible para su actual álbum El disco negro.

De su oscura undécima producción musical en solitario presenta nueve temas de denuncia, ironía y cierta flagelación, con referencias a la sociedad actual “la que todo lo vale y no vale nada”, como Dios agotado, Han secuestrado el futuro o Buenas noches Madrid.

“El título puede remitir a muerte, vacío o maldad, pero en realidad el negro es el color de la ausencia y el poder. 

“Incluso cuando empezaba en la música (en 1992 con el grupo Danzando Confuso y luego en 1997 con la banda Analogic Emotion) ese nombre me persiguió y hace poco me saltó ese flashback y consideré que todas las canciones pueden vivir cómodas bajo ese título”, explicó.

— ¡Qué buen nombre…!

— ¿El del disco? —preguntó el músico.

— No, el tuyo tocayo.

— Créeme que si volviera a nacer me gustaría que me pusieran tu nombre —me contestó y de inmediato soltó una contagiosa carcajada.

ODA A LA MONOTONÍA MODERNA

De la grabación se desprende el sencillo Haciendo lo de siempre, una composición sobre el acto de la repetición, de la vida en automático y la monotonía de la cotidianidad, cuyo videoclip con tratamiento de cine noir, bajo ladirección de Peinga Rayo, recrea el tedio de una existencia consumida por el implacable tiempo.

“Es una oda a la resignación. Vamos repitiendo patrones en espera de confort, bienestar y placer, y acabamos con un sentimiento de vacuidad.

“Es el club de la rutina, donde hay la esperanza de que suceda algo y a veces es más de lo mismo, porque solemos depositar toda la esperanza en la noche en busca de un día mejor que igual nunca llega”, explicó.

— ¿De qué trata el tema Dios agotado? 

— Es una canción de denuncia y, en mi caso, autodenuncia. Nos hemos vuelto capataces de nuestras vidas, somos amos y esclavos. Pero es también del mismo Dios que llevamos dentro. Es una crítica a la sociedad del cansancio, ya que actualmente todos estamos cansados.

— ¿Qué puedes decir de tu composición Han secuestrado el futuro?

— La letra surgió de una charla con la filósofa Marina Garcés sobre cómo Europa se está rompiendo, el futuro está hipotecado y vivimos en una era de una gran incertidumbre.

— ¿Y cómo surge Buenas noches Madrid?

— La hice a medias en colaboración con  el músico Santi Campos. Es sobre  una de las ciudades más canallas y peligrosas del planeta Tierra, y al referirme a peligrosa  no me refiero a que tu vida corra peligro, si no a que te atrapa y te lleva a sitios inimaginables.

LA IMPORTANCIA DEL MENSAJE

En una reciente entrevista, Carlos Ann, asociado al rock, indie y latin, destacó que solamente podría vivir normalmente si no existiese el reguetón.

“A cada quien le entra por sus orejas lo que permite. No me identifico con el reguetón, porque no me conmueve ni me estremece.

“La letra es todo, si no hay buena letra no hay canción. En el arte lo más importante es el mensaje y es un desperdicio no usar esos tres o cuatro minutos para decir algo.

“Este es un disco no pesimista sino crítico, donde a veces hay que rasgar cosas, pero sí hay futuro”, advirtió.

EL DAVID GAHAN DE LAS RAMBLAS

Tras comentarle que físicamente guarda un parecido con David Gahan, el vocalista de la banda británica Depeche Mode, Carlos Ann compartió una anécdota que nunca antes había ventilado a un medio de comunicación.

— ¿Te han dicho que podrías pasar por el doble de David Gahan?

— Es un tipo muy guapo... bueno, es lo que hay...  Te voy a contar una anécdota que nunca había ventilado públicamente. Una vez iba en mi auto por las calles de Barcelona con una chica y David Gahan estaba hospedado en las ramblas, ya que se iba a presentar con Depeche Mode con la gira Devotional Tour (que se escenificó en la capital catalana el 17 de juio de 1992). De pronto, lo vimos frente a un costado de nosotros, se asomó por la ventanilla y me dijo sonriente: ¿Sabes que nos parecemos? Y para colmo yo traía una pañoleta moteada con la misma textura de la camisa que portaba ese día.

— Si tuvieras que describirte musicalmente en una tarjeta de presentación, ¿qué le pondrías?

— La tendría en blanco... quizá le agregaría mi nombre, tal vez el correo electrónico y ya, nada más, no soy de colgarse etiquetas. Al final yo no soy nada, sólo me dedico a una actividad musical y siempre me negaré a hacer algo en la vida por obligación.

—  ¿Pero si puedes citar a tus influencias musicales?

— Claro y van desde los clásicos contemporáneos al blues, obviamente con la música oscura británica, con Joy Division, The Cure y también Depeche Mode.

LEJOS DEL EGO, CERCA DE LA GENTE

Carlos Ann precisó que El disco negro es un álbum “muy de club”, de contacto con la gente. Algo que se podrá constatar el próximo 18 de febrero con su presentación en la Ciudad de México en el foro La Piedad, ubicado en Avenida de los Insurgentes Sur 585, en la colonia Nápoles, alcaldía Benito Juárez.

“No es estar en un pedestal, sino cerca del roce, porque estoy del ego hasta los güevos.

“En mis presentaciones en directo intento no repetir nunca un mismo set, son shows en vivo, irrepetibles y orgánicos”, aseguró.