León Krauze narra la pasión nacional en 'Al grito de guerra'

Foto: Vix+

 

Por Carlos Meraz

Nadie como el célebre escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano ha descrito mejor la pasión global que despierta el balompié, en una máxima que además quedó asentada en el guión del filme ganador del Oscar a la Mejor Película Extranjera de 2010, la argentina El secreto de sus ojos: “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no se puede cambiar de equipo de futbol”.

En esa devoción cuasi religiosa que despierta el deporte de las patadas cada cuatro años y que une a las naciones del planeta en la celebración  mundialista, el Tri ha sido uno de sus fervientes invitados que suele llegar a tiempo para siempre irse antes, justo cuando la fiesta se pone más interesante. De eso trata Al grito de guerra, una serie documental sobre la historia futbolística de la Selección Mexicana en las Copas del Mundo, narrada por el escritor y periodista León Krauze.

En seis episodios temáticos, ya disponibles en la plataforma Vix+, se aborda el sinuoso camino de la Selección Nacional, previo a su inminente participación en la edición XXII de la Copa del Mundo, a celebrarse en Qatar 2022, del 20 de noviembre al 18 de diciembre.

“El vínculo de la Selección Mexicana con su afición es muy singular, lo ha sido siempre, pero mucho más en las últimas décadas. Yo siempre habría tenido la ilusión de contar la historia de la Selección Mexicana por lo menos en su era moderna, en los últimos 40 años, pero desde sus protagonistas, porque los aficionados y la prensa lo ven y lo viven de una manera, y los jugadores lo ven de otra manera y esa era la manera en la que yo lo quería abordar. 

“Por eso entrevistamos a decenas de jugadores y de nuestros ídolos de las décadas de los 60 y 70, desde Enrique Borja y Leonardo Cuéllar, hasta los actuales Edson Álvarez, Guillermo Ochoa, Andrés Guardado o Raúl Jiménez, y todas las generaciones intermedias, y también a nuestros rivales para ver cómo se vivieron esos momentos desde el otro lado de la cancha. Para contar, en seis episodios, lo que yo espero sea algo cercano a la historia definitiva de la Selección Mexicana de futbol en estas últimas décadas”, advirtió Krauze.

— ¿Definitiva? Eso sonó un poco pretencioso, parece que estaba hablando con Iñárritu de su película “Bardo”...

— (Risas) Tienes razón... es un adjetivo ambicioso y pretencioso, pero también mercadotécnico, evidentemente. Pero me atrevo a decir que así es, porque nunca antes habíamos escuchado a los protagonistas. 

Quizá podríamos cambiar definitivo por inédito. Pero se acerca a lo definitivo porque son tantas voces protagónicas: técnicos, jugadores, rivales, expertos y aficionados. Por lo que se acerca a una visión bastante clara sobre lo que ha ocurrido con la Selección Mexicana dentro y fuera de la cancha, siendo una experiencia muy emotiva, dolorosa, conmovedora y alegre, como lo es el futbol en México, ya que nungún país podría decir que es eterna o consistentemente feliz, ni siquiera Brasil.

— ¿Qué frases de los protagonistas destacarías?

— Decía el Kikín Fonseca que él se sentía poderoso al vestir la camiseta nacional; Félix Fernández recuerda cómo se tenía todo un ritual al recibir los uniformes de la selección; Luis García lo explica también, o al momento de escuchar el Himno Nacional, con esa sensación de comunión y también esa obligación que sienten los futbolistas de dar alegrías.

MÉXICO IMPONE RÉCORD EN MUNDIALES 

León Krauze destacó que a pesar del estigma de no avanzar al anhelado quinto partido, en Al grito de guerra se destaca que México ha impuesto —junto con Brasil— un récord de apariciones consecutivas en octavos de final, con un total de siete veces, desde Estados Unidos 1994 hasta Rusia 2018; una marca que ni siquiera los selectivos de Argentina, España, Inglaterra, Italia o Alemania han podido lograr.

— ¿La mentalidad y la actitud ganadora también juegan en el futbol, un ejemplo de ello es el selectivo de Estados Unidos que ya es la potencia rival en el grupo de Concacaf?

— Una de las muchas lecciones de aquel partido de 2002 ante EU y quizá la más importante: Ellos asumieron el partido como un encuentro definitivo, como hablábamos de esa palabra al inicio, es decir, irrepetible, ya que sabían que si le ganaban a México en una Copa del Mundo en una ronda de eliminación directa, eso definiría para siempre, quizá, la rivalidad con México.

Y con eso salieron en la cabeza y en el corazón a la cancha, mientras que México ya estaba pensando en el partido de cuartos de final. Es un asunto de mentalidad, lo que los argentinos llaman en el documental ese pasito, y cómo se obtiene, pues sin atajos. Tenemos que hacer lo que nos aconsejó César Luis Menotti: competir contra los más grandes cada vez que se pueda: en Copa América, en Copa Libertadores, en giras de preparación, exportar jugadores y técnicos... si hacemos eso, estaremos cerca de la excelencia. Esa es una de las lecciones con las que yo me quedo de Al grito de guerra.

— ¿Qué amas y qué odias del Tri?

— Amo lo que me ha regalado en sus momentos de gloria y no ocupo esa palabra de manera casual. El triunfo contra Alemania, rodeado de mis hijos, mis padres, de mi primo, de mi hermano, de mi esposa, con nuestros abrazos y gritos, es inolvidable.

Y odio las faltas de atención, los momentos de soberbia, los errores técnicos y de los directivos que nos han robado alegrías.

Pero ahí estaré, a mis 47 años, a mis 51 y a mis 81, con una playera de la Selección Mexicana, quizá en un vínculo con la infancia.

— ¿Quién es el mejor jugador del Tri de todos los tiempos?

— Sin duda Rafael Márquez como jugador completo, aunque yo me enamoré del futbol con Hugo Sánchez, como quienes son de mi generación y los de antes, y quien no lo asume está mintiendo.

Pero lo que Rafa Márquez hizo en el Barcelona es incomparable en cuanto a títulos, y no es casualidad que en el principio de su carrera esté dirigiendo al Barcelona B, abajo de Xavi, porque allá saben que él vive y ve este deporte de una manera muy singular.