Lynch concebía sus películas como cuadros que se mueven, según su director de fotografía

Las Palmas de Gran Canaria (España), 25 abr (EFE).- El cineasta estadounidense David Lynch, fallecido el 16 de enero, hacía películas como si se tratara de "un cuadro que se mueve", recordó este viernes en España Fredick Elmes, que fue su director de fotografía en varios de sus proyectos.
"Él tenía una visión muy particular que yo aprendí a interpretar y a hacerlo realmente a su manera", ha afirmado Elmes durante un encuentro con la prensa en la 24 edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria (Atlántico).
El festival ha sido "poseído" por el director de 'Twin Peaks', a quien se ha querido dedicar "un espacio especial" en el evento hasta el punto que "casi se ha apoderado un poco" de él y "nos hemos dejado poseer", ha declarado su director, Luis Miranda.
Lynch (1946-2025), detrás de películas como 'Cabeza borradora', 'Corazón salvaje' o 'Terciopelo Azul', en las que Elmes trabajó, comenzó a hacer cine "porque quería dotar de volumen y de sonido a sus pinturas", ha explicado el crítico de cine Quim Casas sobre este cineasta que también pintaba, hacía música, televisión y fotografía.
Y así lo ha confirmado Fredick Elmes al recordar que se conocieron en el Instituto Estadounidense del Cine cuando aún eran muy jóvenes y que los unió "de inmediato" la curiosidad de ambos por las imágenes y "por crear, en palabras de David, una especie de cuadro que no es sólo una película, sino una imagen muy estilizada del mundo que estamos creando".
Lynch unía "esos elementos de una forma que una película tradicional no logra" y obtenía obras extrañas, inquietantes y misteriosas, donde utilizaba el sonido para transmitir unas emociones concretas al espectador.
Elmes ha contado como Lynch buscaba crear ese "cuadro que se mueve" a través de "un verdadero estudio de la luz, la oscuridad y las sombras" y que cree que fue la unión de sus personalidades y gustos lo que ayudó a hacer esas películas.
Preguntado por los periodistas, Elmes ha asegurado que Lynch, con quien más allá del cine construyó una estrecha y profunda relación de amistad, "tenía unas ideas muy, muy particulares sobre la forma en que la escena debe sentirse" y que "no dejaba de hablar sobre el estado de ánimo", que tenía que ser el correcto.

