Mengers: Si no incomoda no es rock

Foto: Penny MGMT

Por Carlos Meraz

La novia del baterista Dave Grohl pintó con spray en el muro de Kurt Cobain: Smells Like Teen Spirit, frase que se convirtió en título del emblemático álbum de Nirvana y del sonido grunge que marcó la última década del siglo 20. Acuñar una frase que defina descaradamente al rock no es tarea sencilla si no se apela a la honestidad: “si incomoda y apesta para algunos, es señal de que hacemos bien las cosas”, sentenció la banda mexicana Mengers.

El power trio de garage y punk con toques de sicodelia, surgido en 2016 en la escena emergente con epicentro en la Magdalena Contreras, no busca un estilo pretencioso, aséptico o de laboratorio, lo suyo es explotar la sencillez y detonar los decibeles con un sonido sucio o “de basura”, que no necesariamente son desechos sino materia que se transforma.

“Si nos dicen que se escucha naco y sucio lo tomamos como un halago. Sabemos que estamos haciendo rock n’ roll cuando nuestra música incomoda a ciertas personas”, advirtió el cantante Carlos Calderón. 

ANSIEDAD POR EL VOLUMEN

Con una oferta que no economiza distorsión ni ansiedad por el volumen, Mengers —compuesto por los hermanos Carlos, en la guitarra y voz, Pablo Calderón, en la batería, y Mauricio Suárez, en el bajo— presenta Golly en vivo en el Squash 73, un EP en directo bajo el sello Devil In The Woods y cuyo tema de avanzada es Estrés, siendo su fulminante alternativa a las restricciones sanitarias que impiden realizar conciertos debido a la pandemia.

El disco incluye cinco temas ejecutados en directo y extraídos de su álbum de estudio Golly (lanzado el 22 de enero pasado), grabados por Hugo Quezada, quien además se encargó de sintetizadores y guitarra.

“Quisimos hacer sicodelia basura, por eso en la portada de Golly, el anterior álbum de estudio, aparece una foto del Bordo de Xochiaca. ¿Qué más sicodélico puede ser que pasar de Pantitlán a Santa Fe?, como se titulan dos de nuestras canciones, son los extremos y abismales contrastes socioeconómicos que muestra la Ciudad de México.

“Somos cronistas de barrio con letras eminentemente urbanas, a veces sarcásticas y otras serias, con un sonido macizo, potente y de impacto, como el smog y la mugre, esos aromas que distinguen a nuestra caótica  ciudad”, concluyó el vocalista.