¿Merece la pena volver a un concierto de The Rolling Stones?

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MADRID.- Convertidos en una institución, como un monumento de obligada visita cuando se presenta la ocasión, The Rolling Stones regresan a España para tocar por vigésimo tercera vez ante una expectación que para la mayoría de los expertos consultados por Efe está más que justificada, mientras que otros la cuestionan.

"Yo los vi en Vigo en 1998 y al año siguiente en Santiago de Compostela y no repetiría. Cumplí con algo que hasta entendí necesario, obligado, pero no me convencieron. Con todo el respeto para quien no comparta mi opinión, creo que lo mejor suyo, tanto en disco como en directo, ya pasó hace muchos años", señala a Efe Xavier Valiño.

Autor de obras como "Las 100 mejores películas del rock" y "Los 100 mejores documentales del rock", expone que parte de los conciertos de los Stones se siguen nutriendo no solo de gente interesada por su música, "sino también por quien va como a un acontecimiento social".

La muerte en 2021 de su veterano batería Charlie Watts habría sido para él un buen momento para que Sus Satánicas Majestades lo hubiesen dejado, "por muy profesionales que sean los músicos que les acompañan", algo que para Fernando Neira, cronista musical de El País, es precisamente uno de los argumentos que hablan a favor de su resiliencia, "capaces de sobreponerse a una pérdida tan importante y dramática".

"Yo no los veo como una pieza de museo, sino como una pieza viva de la historia de la música popular a nivel mundial", defiende en unas declaraciones a Efe en las que esgrime "su razonable y envidiable nivel de forma con un espectáculo que no es ni arcaico ni un mero ejercicio de nostalgia, sino una inyección en vena de rock de la más alta pureza, calidad y trascendencia".

Alineado con él está Arancha Moreno, directora de la prestigiosa revista Efe Eme, para quien "sus Satánicas Majestades tienen licencia para rodar mientras la fuerza los acompañe".

"Tal vez veinte años no sean nada, como sostiene el tango, pero estar sesenta años en activo es harina de otro costal. Son historia viva. A mi juicio, un artista está vivo mientras su repertorio lo esté", considera, antes de señalar cómo "artistas mucho más jóvenes siguen girando sin novedades desde hace más tiempo".

Precisamente del otro lado pesa el argumento sobre su apego a un pasado que ya queda lejos y que no ha crecido más en lo cualitativo en los últimos 40 años. No es difícil encontrar críticas que ya en los años 80, tras la publicación de "Tattoo You" (1981), su último trabajo relevante, consideraban que lo más granado de su obra estaba hecho, una premisa a la que aparentemente ellos mismo se plegaron si se mira a lo puramente cuantitativo en las dos últimas décadas.

"Hace ya varios lustros que los Rolling Stones decidieron centrarse en sus lucrativos conciertos y olvidarse de la composición. No en vano, su catálogo es lo suficientemente amplio y consistente como para no empeñarse en añadir nuevas canciones que solo lo devaluarían", opina David Gallardo, responsable de Cultura del diario "Infolibre" y el portal especializado MercadeoPop.

Tal y como recuerda, tuvo que desatarse una pandemia mundial y su correspondiente confinamiento para que Jagger y compañía encontraran la inspiración. Así llego en abril de 2020 "Living In A Ghost Town", su primer tema inédito desde que en 2012 incluyeran un par de nuevas composiciones en el recopilatorio "Grrr!".

Para encontrar su último disco completo con material original hay que retroceder hasta "A Bigger Band" (2005), que llegó a su vez ocho años después de "Bridges to Babylon" (1997). "Y en 2016 se permitieron el divertimento de sacar un disco de versiones de estándares de blues que a nadie pareció molestarle ni importarle demasiado", opina Gallardo.

"Sería bonito tener un nuevo disco, pero a la gente no le gusta cuando lo tocas en el escenario. Ellos te miran en plan 'vale, esto habrá pasado en un minuto'. No es una gran excusa, pero es la verdad y hay que decirla", reconoció el propio Jagger en declaraciones a "USA Today" en 2013.

Para el periodista de "Infolibre", "no debe sorprender, por tanto, que hayan optado abiertamente por disfrutar de unos conciertos en los que encadenan viejos éxitos como si de una jukebox se tratara".

"Solo que no es música grabada y Mick Jagger y Keith Richards (y Ron Wood) están sobre el escenario a sus casi 80 años. Y esa es su más determinante aportación a día de hoy: recordarnos que, por una noche, el rocanrol puede ser eterno con todos nosotros dentro", apostilla Gallardo.

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