'Mujeres asesinas': La despiadada envidia

Foto: Vix+

Por Carlos Meraz

Sobre la paternidad, el director de cine más genial y neurótico, el neoyorquino Woody Allen, sentenció: “Mis padres me pegaron muy poco. De hecho, me parece que sólo lo hicieron una vez durante mi infancia: empezaron el 23 de diciembre de 1942 y acabaron en la primavera de 1944”. La indiferencia, falta de atención o violencia física y/o sicológica ante los hijos cobra altas facturas en la vida de familias disfuncionales.

Si a eso se le agrega un comportamiento inestable y una personalidad insegura, es una bomba de tiempo para cualquier adolescente con problemas de autoestima. De eso trata el episodio de la serie Mujeres asesinas, que se transmite este viernes, 9 de diciembre, por Vix+.

El capítulo Como hermanas, que protagoniza Nicole Curiel trata sobre Grisel y Angélica, dos adolescentes que hacen un pacto de hermandad, siendo deslumbradas por el carisma de su primer gran amor, Pablo, una estrella de las redes sociales.

“Mi papel de Grisel es de una chica triste, gris, con problemas en casa; lo único y lo peor que tiene en su vida es una mamá nada ejemplar”, explicó.

CAÍN Y ABEL EN VERSIÓN FEMENINA

El sexto episodio Como hermanas, de la nueva entrega de Mujeres asesinas, también versa sobre la envidia, el sexto pecado capital, un mal tan añejo que se remonta al primer caso bíblico de un asesinato, con los hijos de Adán y Eva: cuando Caín mató a Abel.

“Su madre la desprecia constantemente, criticándola todo el tiempo por sus hábitos alimenticios y su apariencia física. Pero además del rechazo familiar, creo que de lo más importante que se habla es de lo fundamental que es la salud mental y de recurrir a ayuda, profesional o amistosa, en esos momentos de crisis, y aún más en la actualidad, con el bullying escolar, el desmedido culto a las redes sociales y las implicaciones emocionales que te puede generar un like para brillar en una ‘sociedad’ donde vales según los seguidores que tengas.

“La gran enseñanza o moraleja que deja es que no necesariamente todo el amor y la aprobación suelen venir de la familia, si no deben venir de uno mismo; con una sana autoestima para quererte tal y como eres. Al igual que entender que ninguna niña o adolescente debe cargar con los problemas de los demás y mucho menos con los de los papás, que le han generado un ambiente familiar de violencia y acoso que sólo genera inseguridad y a veces hasta provoca repetir esquemas violentos”, concluyó Nicole.

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