Rohmy Martínez, revitaliza el regional urbano desde Houston
Ciudad de México.- En medio del constante cruce entre tradición y modernidad que vive la música latina, surgen voces nuevas que no temen honrar sus raíces mientras exploran sonidos contemporáneos. Una de esas voces es la de Rohmy Martínez, un joven cantante y compositor de 19 años, nacido en Houston, Texas, pero profundamente conectado con México, el país de donde proviene su familia y donde descubrió el amor por la guitarra y las canciones que hoy están comenzando a resonar más allá de las redes sociales.
Su más reciente sencillo, titulado “Loko Y Tumbado”, ha superado las 100 mil vistas en Instagram y acumula más de 50 mil en TikTok. Pero más allá de las métricas digitales, lo que destaca en su proyecto es la sinceridad. Rohmy no intenta sonar como nadie. No se monta en tendencias pasajeras ni busca imitar fórmulas de éxito. En cambio, ofrece una versión auténtica del regional mexicano fusionado con una vibra urbana que refleja su experiencia como joven bicultural.
“Desde niño supe que la música era lo mío. En México aprendí a tocar la guitarra a los 9 años, y desde entonces no la he soltado”, cuenta Rohmy. A los 15 comenzó a escribir sus propias canciones, no con la intención de lanzarse como artista, sino como un ejercicio íntimo para entenderse a sí mismo. “Era mi forma de desahogarme. Pero luego vi que mis letras también le hablaban a otras personas. Y ahí cambió todo.”
Su estilo ha sido etiquetado por algunos como “regional tumbado”, un subgénero que ha venido ganando fuerza en los últimos años gracias a figuras como Natanael Cano o Junior H. Sin embargo, en el caso de Rohmy, la propuesta va más allá de una simple categoría: hay en su música una carga emocional muy personal, combinada con un respeto profundo por las raíces del regional mexicano. En sus canciones conviven los acordes acústicos, los arreglos tradicionales y una narrativa urbana que no es pose, sino biografía.
“Loko Y Tumbado” conecta porque es directa. Porque en un par de minutos logra decir mucho sin disfraz. Quienes la escuchan por primera vez coinciden en que no se trata de un tema más, sino de una expresión honesta de alguien que conoce el barrio, la lucha, y también el anhelo de ir más allá. Y es justamente esa autenticidad lo que está haciendo que Rohmy sume seguidores de manera orgánica en distintas partes de México y Estados Unidos.
Actualmente trabaja en su próximo lanzamiento, “El Chxvillo”, una canción que, según él, será más íntima y con un mensaje aún más profundo. “Quiero que la gente me escuche y sienta que no está sola. Que se identifique con lo que canto. Que sepa que vengo desde abajo, como muchos, y que todo lo que estoy haciendo es con el corazón”, asegura.
Aunque no cuenta con un gran sello discográfico ni un equipo de producción detrás, Rohmy ha logrado destacarse gracias al poder de las plataformas digitales, el boca a boca y una comunidad leal que lo apoya desde sus primeras publicaciones. Su proceso de crecimiento ha sido lento pero firme, sin prisas ni atajos, y eso lo ha ayudado a mantener los pies en la tierra.
Para muchos jóvenes en México que lo escuchan, Rohmy representa una nueva manera de entender el orgullo por lo propio. No se necesita renunciar a las tradiciones para sonar actual. No hay que elegir entre el pasado y el futuro. Se puede cantar con acento mexicano, usar la guitarra de siempre, y al mismo tiempo hablar de lo que viven los jóvenes hoy: la búsqueda de identidad, los desafíos familiares, el barrio, los sueños de trascender.
Su historia también tiene una dimensión migrante que resuena en miles de hogares mexicanos con familiares en Estados Unidos. Rohmy ha sabido construir un puente entre dos culturas que a veces parecen lejanas, pero que en su música conviven con naturalidad. “Soy de Houston, pero también soy de México. Llevo los dos mundos en mí. Y eso es algo que no quiero esconder, al contrario, es lo que me define.”
Para el Diario de México, su historia cobra una dimensión especial. No solo porque se trata de un joven que está haciendo ruido desde el extranjero, sino porque representa el regreso simbólico de una generación que se fue, pero que vuelve con música, con voz, con ganas de aportar algo nuevo.
En tiempos donde los algoritmos dominan el panorama musical, Rohmy Martínez nos recuerda que lo más poderoso sigue siendo lo humano. Lo que se siente, lo que se escribe sin pretensión, lo que nace de verdad. Y si bien su camino apenas comienza, lo cierto es que su nombre ya empieza a figurar en las conversaciones de quienes buscan talento fresco, sin filtros y con raíces.
Desde Houston al corazón de México, Rohmy no solo está cantando: está representando. Y lo está haciendo con la guitarra en la mano, la frente en alto, y la certeza de que su historia apenas está comenzando.